Antes de nada, y para evitar malos entendidos, queremos decir de antemano que en este post no hay ni un ápice de machismo. Sabemos que hay mucha chica futbolera que nos lee (In Phillipstown We Trust) pero al ser chicos quienes formamos TDG, nos hemos visto obligados a tratar este tema desde el punto de vista del hombre. A pesar de ello, tenéis vuestro derecho a réplica en los comments!
Hombre y mujer. Mujer y hombre. Las 2 especies humanas sobre la faz de la Tierra. Se les presupone una relación de armonía y convivencia. Entre ellos surge el amor, la atracción, la gentileza, la amabilidad… pero todo se puede truncar cuando aparece un elemento que puede hacer añicos cualquier nexo entre los 2: EL FÚTBOL.
Y es que el fútbol es un arma de doble filo. Puede ser una válvula de escape, un modus vivendi para unos, pero para otras, puede ser un obstáculo en una relación, algo que se puede entrometer de manera muy peligrosa entre ella y él.
Como ya hemos dicho, lo enfocaremos desde el punto de vista masculino, ya que por genética, nos es imposible poder ponernos en la piel de una mujer. Sea futbolera o no (debe ser curioso que a una mujer le encante el fútbol y a un hombre no. Habrán muchos casos? En fin…).
Así que lo que vamos a intentar reproducir hoy será una serie de situaciones que estamos seguros que más de uno (y de 2) las habréis vivido en primera persona.
SITUACIÓN 1. EL FÚTBOL O LO OTRO
Auténtica situación límite para nosotros. Llega el lunes. Resaca de la jornada liguera. Te metes en TDG y empiezas a comentar el partido anterior con los de siempre. A medida que se acerca el fin de semana, y a la postre el partido (miércoles/jueves) tu excitación va a más. Pero justo cuando llegas a casa o cuando tienes la ocasión de hablar con ella, se produce esa situación denominada como “EL BAJÓN”.
-Hola cariño! No te lo he comentado hasta hoy, pero el Sábado a las 22hrs tenemos que ir de cena con Pepe y María (resulta que María es antigua compañera de instituto de tu pareja, con lo que tu no tienes ningún nexo. Encima, Pepe es de esos que creen que Bojan es una marca de chicles). Nos han invitado a su casa!
-Ah… claro… justo el día y hora del partido del Barça.. caramba..
- Oye, si quieres no vayas… haz lo que te de la gana
¡¡¡WARNING!!! Ese “haz lo que te de la gana” no interpretarlo jamás como una opción, más bien es un “como no vengas atente a las consecuencias…”
Finalmente, por si habían dudas, acabas claudicando. Eso si, te llevas el Kit del desesperado, es decir: los auriculares enchufados al móvil. A partir de ahí todo consiste en hacer frecuentes visitas al baño para sintonizar la radio y mantenerse informado. Si esta técnica milenaria no funciona, la alternativa es tener a un colega en “campo base”, es decir, delante del televisor y que te vaya enviando sms con las evoluciones del mismo. En este caso hay que saber mantener muy bien los nervios y el temple ante el aluvión de noticias. Recomendable tener el móvil en silencio para no levantar sospechas.
SITUACIÓN 2. ELLA QUIERE PERO NO PUEDE
Sentados los 2 en el sofá viendo un partido de vuelta de eliminatoria de Champions. En la ida tu equipo ha ganado 2-0.
Van por el minuto 90 y palmando 3-0, a eso que sale una cabeza a lo Kaiserslautern y tu equipo mete el 3-1 y lo celebras por todo lo alto. ERROR!!!!!
Ipso facto surge la pregunta maldita:
-Cariño si esto ya está a punto de acabarse y habéis metido el 3-1. Porque te pones así?
La cagaste Burt Lancaster, ahora toca explicarle lo del valor doble de los goles en campo contrario. Y quien no ha perdido los papeles intentándoselo explicar? A pesar de que lo des todo por tu parte, con papel y bolígrafo: “Mira, si metes 2 y te meten 0, y en la vuelta te meten 3 pero metes 1…” pero nada. Lo normal es dimitir.
SITUACIÓN 3. ME LA ESTAN EMBAUCANDO!!!
Hay veces en las que somos realmente mentes perversas. Hacemos todo lo posible para llevar las cosas a nuestro terreno.
Qué quedamos con la pareja un domingo coincidiendo con un partido? No hay problema, sacamos nuestra vena más “vende motos” que llevamos dentro.
-Cari, hoy te voy a llevar a un bar súper bonito. Hay poca luz, sirven unos combinados de lujo y se está la mar de tranquilo.
-Ay si, podríamos ir!
Pobrecilla, no sabe que le están omitiendo información a sabiendas. El bar, ciertamente es tranquilo y las copas son buenísimas, pero que hubiese una pantalla enorme en la que televisan el partido deseado no estaba dentro de los planes de ella.
Una vez ahí, entra en la pericia de cada uno el aparentar que le estás haciendo todo el caso del mundo y que no estás por el partido. Recursos, haberlos haylos.
Existen muchas situaciones más, seguro que las habéis vivido en vivo y en directo. Es más, a todas las chicas futboleras que vivan los mismos episodios pero con los papeles cambiados nos encantaría que nos lo explicáseis!
A pesar de que seamos a veces tan malos.. no sabemos que haríamos sin las mujeres en este mundo.. porque…
No sabéis cuanto os queremos!!!!
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