IMPARTIENDO JUSTICIA

                                   

De bien nacidos es ser agradecido. Eso es lo que muchas abuelas dicen a sus nietos para que en el día de mañana, los pequeños y pequeñas se alejen de sentimientos como el rencor o la venganza.
Lamentablemente, en el entorno del FC Barcelona parece que las ideas inculcadas por las respectivas abuelas no han calado demasiado hondo.
Estamos en el año I después de Rijkaard. Guardiola ahora es el mandamás del vestuario. Debido a la buena marcha del equipo y al buen hacer del nuevo entrenador, muchos no han tardado nada en desprestigiar sistemáticamente la labor llevada a cabo por el técnico holandés durante 5 temporadas.

En parte, esta reacción cabe dentro de la lógica al tratarse de un simple comportamiento humano. Pep ha solucionado el problema que Rijkaard tenía el año pasado. Ha sido el revulsivo que necesitaban muchos de los miembros de la primera plantilla.

Pero lo que no consideramos justo es que se sea injusto con el entrenador que entre otras cosas, nos ha dado el 50% de las Copas de Europa que lucen en el Museo del Barça. Por eso hoy, queremos salir en defensa de Frank, e intentaremos rebatir punto por punto las críticas que se ciernen sobre su labor como técnico.

En primer lugar, no es justo que cuando se alabe a Guardiola la capacidad de levantar el gigante que es el Barça, automáticamente aparezca el nombre de Frank entre tinieblas.
Lo de Pep tiene un mérito enorme, por supuesto, pero Frank ya lo hizo en su momento. O es que nadie se acuerda de aquella segunda vuelta en la que se remontaron 20 puntos de desventaja al Madrid y no se ganó la Liga de puro milagro? Rijkaard a partir de ese momento, creó un equipo campeón que devolvió al Barça al primer plano mediático después de 5 años en un segundo plano.

Frank también supo reconducir una situación adversa. Estuvo al borde del cese, con Rossell poniéndole la soga en el cuello y un equipo en plena construcción. Aún así, apretó la tecla Davids, ajustó otros tantos elementos y en 2 años ya estaba levantando una Champions en París.

En segundo lugar, es curioso ver como se enfoca ahora la famosa “autogestión”. No hay que estrujarse mucho la cabeza para recordar la de elogios que recibía Rijkaard por su cercanía con los jugadores. El diálogo, el no atar en corto a los jugadores y dejar que sean ellos quienes gestionen el día a día se convertía en el método de moda. De golpe, el método alabado por todo el mundo llamado “Teaming” pasó a ser poco menos que un cáncer para el Barça.
Guardiola emplea otro tipo de metodología que está dando unos frutos excelentes. Lo cual no quiere decir que la de Frank no sirviese. Da igual que método se utilice si te lleva a la senda de las victorias.
Nadie debe olvidarse, que (dios no lo quiera) el día en que el árbol de Pep deje de dar frutos, muchos pedirán que se tale para plantar otro. Entonces, volveremos a empezar.. los resultados nos llevan a una situación en el que el pez no para de intentar morderse la cola.

Por último nos resulta un tanto desconcertante la actitud de muchos jugadores que han estado a las órdenes de Frank.
Ahora admiten que quizás les dieron demasiada manga ancha y que se aprovecharon en parte de la confianza que les otorgó el entrenador holandés.
Xavi o Eto’o lo han afirmado en las últimas horas. Quizás hubiese sido más efectivo dar un paso al frente en su momento que no hablar a toro pasado.

A todo esto, es justo reconocer que el método le acabó por caducar y su marcha era necesaria para iniciar un proyecto desde cero. Pero de ahí a infravalorar todo lo que Rijkaard hizo por el Barça hay un enorme trecho.
Frank debe mucho al Barça, pero el Barça también le debe mucho a Frank. Permitió que muchos de nosotros, los culés, paseásemos por todo el mundo orgullosos de las victorias y sobretodo, de estar representados por un auténtico “gentleman” que inevitablemente y como era de esperar, es ahora víctima de esa amnesia crónica que padece parte del barcelonismo.

¡No sabes lo agradecidos que te estaremos siempre Frank!

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