El Barça ha sido muy superior al Dinamo. Ha tenido más la pelota y la ha jugado con más criterio, ha chutado más y de forma más peligrosa que el rival, pero está haciendo trabajar más a Valdés que el año pasado, detalle que a Guardiola le debe preocupar y estará buscando la manera de corregirlo.
La primera parte del encuentro ha sido un toma y daca constante de los dos conjuntos. El Barça liderado por un Ibrahimovic especialmente inspirado menos en el gol. Hizo de todo y siempre de forma correcta.
Asistía constantemente a sus compañeros Messi e Iniesta, que hoy debutaba de titular en lo que va de año, caía en las bandas y se iba siempre de sus marcadores, y sabía encontrar los pases que dibujaba Xavi, que volvió a rallar en la excelencia en la que le colocó Guardiola y de la que parece no querer bajarse.
Pero no todo eran parabienes. El Barça recibía mucho peligro, sobretodo por el lado izquierdo del ataque Ucraniano, donde Yarmolenko ha vuelto loco a Alves, obligando a Puyol y Abidal a multiplicarse en las ayudas a su compañero, logrando que toda la sensación de peligro que generaba el Dinamo no se materializase en ocasiones de gol.
Quien sí las generaba era el Barça, aunque sin suerte. Iniesta en los 45 minutos que jugó y estuvo participativo y desequilibrante, Messi que jugó mucho más pegado a la banda que de costumbre, Alves que llegaba hasta el fondo continuamente y Xavi encontrando siempre la verticalidad se cansaron de asistir a Ibra que vio como el veterano portero Shovkovskyi impedía que el sueco se estrenase como azulgrana en el casillero europeo.
Quien lo hizo fue Messi, en una jugada marca de la casa. Una diagonal partiendo desde el carril del 7 hacia dentro, terminó en un chute al primer palo. No fue ni demasiado fuerte ni demasiado colocado, pero fue suficiente para doblar las manos del portero y poner el 1 a 0 en el marcador con el que terminaba la primera mitad.
No estaba controlando el partido el Barça. Dominaba, mandaba, pero no lo controlaba. Tal vez por eso, el Barça salió en la segunda mitad con más pausa, con más toque si cabe, y con más paciencia en la elaboración, a pesar de que Iniesta no salió en la reanudación, saliendo en su lugar Pedro.
Así ,Valdés dejó de intervenir, Pique dejó de sufrir en las envestidas de Sheva, que en cada galopaba suya hacía revivir una de las peores pesadillas que se han vivido en el Camp Nou(por suerte han pasado 12 años y Pique no es Celades de central ni Sheva es el imperial delantero que fue)y Toure no sufrió tanto como en la primera mitad.
Curioso el caso del marfileño, que en sus inicios de temporada se muestra muy lento en todas sus acciones, no dominando el partido como acostumbra. Salió por él Busquets, con poco menos de 20 minutos por jugarse, con la intención de cerrar el partido, después de que Pedro sentenciase el partido con un buen gol con la izquierda después de un pase en profundidad de Ibra, y no lo consiguió.
Quizá el bajo rendimiento que están teniendo los dos mediocentros del equipo es una de las causas que en los últimos 4 partidos el rival llega con más asiduidad de lo que le gustaría a Guardiola a las inmediaciones de Valdés, que volvió a dejar la portería a 0 después de dos partidos sin conseguirlo.
No es ser críticos, ni ser muy exigentes. Pero si es cierto que sabemos cuál es la perfección porque lo hemos visto hace muy pocos, con lo que es muy fácil ver y detectar cuando no se hace bien una cosa. Por fortuna está noche el Barça ha hecho muchas cosas buenas, pero algunas malas.
Pocos equipos en Europa jugarán como lo ha hecho hoy el Barça, aún estando lejos de su versión perfecta. También es verdad que muy pocos equipos pueden ofrecer el nivel que ha dado hoy el Dinamo, un clásico de Europa que parece llamar a la puerta de las grandes citas.
No sabéis que importante ha sido la victoria!!!
The Digital Garden.
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