Toda la semana preparándose para que no suceda lo de hace un año, y la magia de los jugadores del Barça lo tira todo por la borda. Si hace 12 meses el resultado al descanso fue 5 a 1, en esta ocasión fue 4 a 1. Al final 5 a 2 que endulzaba la renovación de Messi y el debut de Chygry en el Camp Nou
Pero a pesar de lo que indicaba el marcador al descanso, lo cierto es que la diferencia de juego no fue tanta sobre el terreno de juego. Números en mano, ambos equipos llegaron las mismas veces al área del rival, chutando las mismas veces incluyendo las que fueron entre los 3 palos y las que no.
La diferencia estaba en la claridad de las ocasiones y el acierto en el remate de los azulgrana. Y eso que el primer chute fue al palo en un jugadón de Henry por la izquierda, que pareció salir con hambre para reivindicarse después de la polémica por su substitución contra el Inter de Milan. El primer gol llegaría dos minutos después, cuando Ibra aprovecho un sensacional pase de Busquets para abrir la cuenta culé y marcar su tercer gol en tres partidos de Liga.
Messi anotó en el minuto 16 el segundo con un golazo, antes le anularon otro. Una internada marca de la casa de derecha hacía el centro asistido por Messi, terminó con el portero sentado en el suelo y Messi marcando a placer y dando besos de fidelidad al escudo azulgrana. A partir de ahí el partido cambio.
Abel se dio cuenta que Assunçao estaba demasiado solo y retrasó a Forlan, junto a Jurado, Simao y Maxi y el Barça ya no pudo controlar el partido, que se convirtió en un ir y venir. Estas circunstancias volvió a imponerse la pegada del Barça ante el desacierto de los rojiblancos.
Alves en el 30 de falta directa y Keita en el 42, tras una asistencia dentro del área de Messi, al más puro estilo Romario, dejaban el partido sentenciado, pero un error de Busquets permitió a Agüero romper la raca de imbatibilidad de Valdés, que ayer batió su record de minutos sin encajar un gol, dejándolo en 570 minutos
El partido a partir del 2 a 0 estaba siendo muy igualado, con el Barça sufriendo en defensa, ya que la distancia entre las líneas era muy grande. Quizá por este motivo, la segunda mitad no fue tan vistosa para el espectador, pero fue más tranquila para Guardiola, ya que el At. Madrid dejó de dar sensación de peligro.
Abel no podía decir lo mismo, porque cada vez que Messi entraba en contacto con el balón, le daba tal velocidad que los jugadores colchoneros se veían incapaces de frenar. Sin embargo poquísimos remates hizo el Barça en la segunda mitad, como si estuviesen reservando fuerzas de cara a los próximos compromisos.
Guardiola usó los cambios para dar refrescos a sus hombres. Iniesta salió por Xavi y Márquez por Pique, que tenía molestias en un tobillo que se vieron agravadas por un golpe sufrido al inicio del partido. Con tan solo 10 minutos por disputarse, salió Pedro por Ibra. Poco cambio el signo del partido con los cambios y con la lesión de Agüero, pareció que ambos técnicos firmaban que el partido acabase tal y como estaba para no cargar a sus hombres de esfuerzos “ inútiles”.
Cuando todo parecía indicar que así sería, Forlan, muy desacertado toda la noche, aprovechó uno de los pocos balones al espació de los que dispuso para batir a Valdés, que sin quererlo inició la jugada del gol con un pase largo que fue a parar a la cabeza de un compañero que fue a parar a sus pies, poniendo algo de emoción al encuentro, aunque poco pudo hacer para inquietar de verdad al Barça en el marcador, permitiéndose los locales marcar el 5 de la noche, obra de Messi en la última jugada de la noche.
Poco pasó ya hasta el final. 9 de 9 para los de Guardiola, por tan solo 1 de los del Manzanares, que lo deja expuesto a las fuertes convulsiones del entorno colchonero y a la familia Gil sin escudo ante la posición crítica de los aficionados, que verán en los malos resultados obtenidos en este inicio de temporada una oportunidad para sacarlos del club.
En cambio, mucho le costará a Guardiola el explicar que este equipo no es el del año pasado. Y tiene razón en ello, pero es que no hace falta igualar el nivel de excelencia alcanzado hace unos meses para que se disfrute con su juego. Noches como las de hoy ya las hubiera firmado todo el mundo hace 6 años.
No sabéis que bien acostumbrados estamos!
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