dissabte, 26 de setembre del 2009

MÁLAGA 0 - BARCELONA 2: OTRO DÍA EN LA OFICINA




Zlatan celebra su gol 

Málaga: Munúa; Gámez, Cuadrado, Welligton, Manu, Juanito, Xavi Torres, Duda (Luque, min. 75), Fernando (Valdo, al descanso), Obinna, Baha (Forestieri, min. 56).


Barça: Valdés; Alves, Puyol, Chygrynskiy (Piqué, min. 55), Abidal; Xavi, Touré (Busquets, min. 78), Keita; Messi, Henry (Ibrahimovic, min. 28), Pedro.


 


Muchos son los prodigios que consigue este Barça, que ya ganó cinco títulos y va por más. Con los jugadores que tiene, hasta fácil parece lograr ese fútbol de filigrana, velocidad y contundencia... pero practicar un fútbol de este nivel debe ser cualquier cosa menos fácil: Por algo en otros clubes a las primeras de cambio ya renunciaron a siquiera pretender imitar esta forma de jugar.


Quizás sea menos difícil, a partir de un juego tan brillante y tal sucesión de triunfos, lograr el alcance mundial de este Barça. Porque aunque algunos no lo comprendan y otros, rabiosos, pretendan negarlo, el hecho es que incluso allende los mares, este Barça de Messi, Xavi, Alves y compañía, despierta pasiones y emociona con la asombrosa calidad de su fútbol.


Lo que sí debe ser muy poco difícil, es ganar tantos partidos al aplicar la filosofía de juego de este equipo: Salir a ganar desde el primer minuto, en cualquier campo, imponiendo sus condiciones, monopolizando el balón, con el colectivo cerrando filas tan estrechamente que cada jugador pueda rendir al máximo de sus capacidades individuales. Esta vez, el escenario fue La Rosaleda, en Málaga, estadio y ciudad que traen a la mente el recuerdo de la última ocasión en que al Barça le anotaron cinco goles en un partido y del hincha escocés que iba para el Camp Nou y se encontró con que había aterrizado a mil kilómetros de distancia...


En este partido, sin embargo, la brillantez fue cuestión de momentos, dadas las difíciles condiciones del terreno de juego y la agresividad de un Málaga aupado por su público, que salió a presionar la salida de balón blaugrana bien arriba y a llevar el partido a un nivel muy físico. El Barça tenía problemas no sólo para llevar el balón hasta los delanteros, sino para pasar del mediocampo siquiera. Poco a poco se fueron asentando mejor los nuestros, si bien la primera oportunidad de gol la gozó el Málaga en los pies de Obinna, que chutó fuera (minuto 7).


Cuando parecía que el Barça tomaba ritmo y podía empezar a controlar el juego, el Málaga recrudeció su juego físico y el árbitro empezó a recopilar atestados para el currículum vitae que quizás en el futuro presente ante un posible empleador. Así, con total impunidad Weligton pudo darle un peligroso pisotón a Messi (minuto 19), que más adelante repitió Duda en salva sea la parte del argentino (minuto 41); demostrando que lo del juego limpio y la protección a los jugadores que dan espectáculo se queda en palabras vacías muchas veces.


 


En esas estábamos cuando en un momento en el que Messi contó con un poco de espacio, metió un balón al área para que el recién ingresado Zlatan (sustituto de Henry, que se retiró con molestias), con velocidad y fuerza se impusiera a su marcador y fusilara al arquero malagueño con un toque magistral (minuto 38). Fue el quinto gol del sueco en otros tantos partidos, y gracias a él, sin hacer nada extraordinario, el Barça se fue con ventaja al descanso.


 


El segundo tiempo no fue más brillante. El Barça optó por mantener un juego de control, mientras el Málaga ya no tuvo los mismos arrestos iniciales e incluso su afición ya no gritaba como antes. En los pocos momentos en los que el Barça cambiaba el ritmo del partido, lanzaba rápidos ataques, llevando peligro a la meta de Munúa, aunque las más de las veces, el asistente arbitral, que tiene pendiente una cita con su optometrista, abortó el peligro de gol levantando su banderola.


 


Una de las jugadas de balón parado que el Barça ha convertido en peligrosas, terminó en el segundo y lapidario gol: Centro bombeado al área para que apareciera Piqué (que como Zlatan, también tenía pocos minutos en el terreno de juego), robándole la cartera a todo el mundo, y tocando de derecha para vencer la tibia resistencia de Munúa (minuto 58). El mismo Piqué, a quien el golpeador Weligton tumbó en el área de un puñetazo (minuto 68), tuvo en sus botas el tercero, tras una brillante internada y centro de Pedro, pero el balón le brincó al catalán cual frijol saltarín sobre la irregular gramilla y su chut salió muy alto (minuto 73).


 


El Barça continuó atacando, ante un Málaga con ganas de pelear pero sin fuerzas para contragolpear. Touré fue retirado del campo, dando paso a Busquets, antes de correr la suerte que al final le tocó a Luque: salir expulsado (minuto 84). Weligton, increíblemente, terminó el partido.


 


En los minutos finales se sucedieron nuevas ocasiones de gol para el Barça, en los pies de Messi (m. 61 y 88), Xavi (min. 63) y Alves, aderezadas con una que otra jugada polémica en el área malagueña. De lo que no queda duda es de que el resultado fue justo y que más bien, vistas las ocasiones para unos y otros, los aficionados del Málaga pueden salir satisfechos de haber corrido con la suerte de no ver a su equipo goleado.


 


En fin, que en un partido que necesitábamos para olvidar las bochornosas intrigas y pugnas de nuestros directivos y los aspirantes a serlo, sin llegar a los niveles de calidad estratosférica de los momentos más espectaculares de la temporada anterior, el Barça tuvo un buen rendimiento, volvió a demostrar su capacidad para competir bajo condiciones adversas y terminar imponiéndose por la clase superior de sus jugadores. Ahora, a esperar al martes, cuando al enfrentarnos a viejos conocidos (Shevchenko y el Dynamo de Kiev), este Barça quizás nos vuelva a demostrar por qué ver un partido de nuestro equipo se goza más que un viaje a Ibiza o una despedida de soltero...


¡No sabéis cuán poco importan las distancias para disfrutar del Barça!


R.I.P. & Caesar999 para The Digital Garden.



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