Los primeros días de abril del 68 cambiaron la historia de la humanidad para siempre. El asesinato el día 4 de abril de Martin Luter King fue la mecha que encendió la revuelta racial más importante hasta el momento. Por fortuna, la muerte del líder de las minorías afroamericanas no fue en balde y 50 años más tarde casi todo por lo que lucho se ha conseguido.
En esos días de incertidumbre, un desgraciado acontecimiento cambio de repente la historia del Barça. Julio Cesar Benítez, jugador Uruguayo nacido en 1940, murió en las vísperas de un Barça Madrid decisivo para el título liguero, que finalmente se llevarían los blancos.
El Barça fue a Andorra a preparar el gran clásico. Allí, Benítez comió copiosamente mejillones. 24 horas más tarde, de repente y de forma trágica se sintió indispuesto y nos dejo para siempre. El partido, que se debía disputar el sábado, se celebró el martes siguiente, acabando en un empate que dejaba al Madrid como virtual campeón de Liga.
El impacto de la muerte fue brutal y conmocionó como no se ha visto después a toda la ciudad. Cuentan que más de 100000 personas acudieron a velar el cuerpo que yacía en el Camp Nou. En el entierro, Gento, su gran rival, se desmayó del dolor. Benítez había conseguido unir al Madridismo y Barcelonismo en el dolor. Vean sino este fragmento del NODO.
Y es que no era un jugador cualquiera. Si escribimos en un día como hoy de él, es porque, 50 años más tarde, el Camp Nou vuelve a disfrutar de un jugador de sus mismas características. Hablamos de Dani Alves jugador que tiene lo mejor del uruguayo y del que esperamos que este tantos años como él. Pero con mejor final y más títulos en su palmarés.
Así, no es difícil imaginar que lo mejor que tenía Benítez era su potencia, capaz de pasarse todo el partido subiendo y bajando, contaba con una velocidad infernal que le sirvió para ser el primer lateral en parar a Gento. Sus duelos hicieron grande al fútbol. Hasta la fecha Gento era imparable por su velocidad, se tiraba el balón largo y siempre llegaba antes que el rival.
Benítez disponía, a parte de una gran velocidad, de una inteligencia que le permitía pensar como el delantero( jugó de lateral después de pasar por la punta y la media, siendo Kubala el que se dio cuenta que en defensa daría lo mejor de sí mismo). Así, cuando recibía Gento le daba dos metros y se ponía lateralmente, concediéndole la banda.
Cuando iniciaba la carrera el madridista, Benitéz estaba bien colocado para lanzarse a por el balón y llegaba casi siempre antes. Vean este resumen del NODO de un Barça 5 – Depor 0 para que se hagan una idea de lo bueno que era y de lo parecido que es a Alves. Si no lo ven así, piensen que han bebido demasiado cava.
Pero todo esto no sería suficiente para elevar al jugador a la categoría de leyenda. Era muy bueno y como todo crack tenía sus cosas. El Camp Nou que un año antes había conseguido largar a Suárez por 25 millones de pesetas, veía como un año más tarde se pagaban 9 por un jugador que venía del Zaragoza y que solo tenía 21 años.
Si a este dato le unimos su forma de jugar, nos topamos que los tribuneros( que silbaron a Luisito) no le perdonaban el más mínimo error. Tanto es así que en un Barça Córdoba de la época, Benítez abrió el marcador en una jugada marca de la casa. Con su ambición siguió tirando para adelante, pero para desgracia suya cometió un error y el Córdoba empató.
A partir de ese instante, cada acción de Benítez era recibida con pitos por un amplio sector de aficionados. Pero el carácter del jugador era explosivo, una mezcla de Hristo y Eto’o. Se echo el equipo a la espalda y consiguió el gol de la victoria. Nada fuera de lo común…Si no fuese porque en su celebración se giró hacia la tribuna y le dedicó ostentosos cortes de mangas al público.
Una relación de amor-odio es la que siempre mantuvo con los barcelonistas. Pero en el fondo era muy querido y valorado y su pérdida supuso un gran golpe moral y anímico del que el barcelonismo tardó en recuperarse.
En su honor, el Barça ganó la Copa de Generalísimo en el mismísimo Bernabeu. Fue la famosa Final de las Botellas, en la que la afición blanca no soporto ver como el Barça le ganaba la Copa en casa y durante el partido y al final lanzaron varias botellas al terreno de juego.
Hoy, día de Navidad, es buen momento para la nostalgia y echar la vista atrás. Benítez bien lo merece. Pero también es momento de deseos y buenos propósitos. Seguro que Benítez, desde el cielo, cuando ve a Alves subir sigue haciendo butifarras a los que le silbaban.
Aunque seguro que luego, se funden en un abrazo en cada gol que marca el Barça. Porque, eso y nada más que eso es lo que nos ha unido aquí. Este humilde rincón. Nuestro amor y pasión por los colores blaugranas. Por unas felices fiestas…
No sabéis cuantos os queremos!!!( a los merengones también eh…)
The Digital Garden
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