dimecres, 31 de desembre del 2008

Jekyll y Hyde




                                     


Como el Ying y el Yang, como el bien y el mal, Leo Messi tiene dos caras que impiden al aficionado barcelonista disfrutar en su totalidad de su máxima estrella, la  que está llamada a liderar los éxitos venideros del equipo.


 


Para un culé es difícil mantener la cabeza fría cuando están calentitas las palabras de Messi en las que dice que expresa el deseo de jugar con Argentina  un amistoso contra Francia 14 días antes de la ida de los Octavos de la Champions y que para lograrlo ha pedido permiso a Guardiola, que como ha sido jugador, le entiende mejor que los directivos y por eso se lo ha concedido.


Pero se debe intentar no perder la calma y no lanzar a la hoguera al jugador. Esto solo precipitaría los acontecimientos y el principal perjudicado sería el club, que es lo más importante para todos…aunque quizá Messi diga lo contrario.


Poniendo en una balanza lo bueno y lo malo del Argentino, el panorama que nos queda no es alarmante ni preocupante. En estos momentos donde todos estamos algo quemados, es bueno sentarse y ver como queda está balanza.


 


Así, en la parte positiva del jugador tenemos su enorme calidad y desequilibrio que hacen que con él en el campo, el equipo sea muy difícil de batir ya que siempre se puede esperar una acción que decante el partido hacia nuestro lado.


Su entorno más directo, el familiar, siempre han tenido palabras de agradecimiento hacia el club. Incluso en la pugna por acudir a los juegos olímpicos, no se escucho en boca de su padre reproche alguno a la actuación de los directivos blaugranas.


El propio jugador siempre ha manifestado su barcelonismo, reconociendo que estará enormemente agradecido por el esfuerzo que hizo el club por ayudarle con su problema genético que tenía en su pubertad.


Además, y esto muchas veces queda en el olvido, Messi parece que todavía no ha sido engullido por el virus del divismo. No niega jamás una sonrisa o autógrafo a quien se lo pide, y se muestra más accesible que otras estrellas que no tienen su repercusión en el terreno de juego.


 


Pero para desgracia del barcelonismo, Messi tiene su lado oscuro. Ahí está su desmesurado amor por Argentina, que le hace olvidar la diferencia entre lo importante y lo trascendental, poniendo en peligro su delicada salud.


Porque este es otro de los problemas de Messi. Aunque parezca que bien llevado no hay peligro de lesión, siempre será Messi más proclive a sufrir una lesión que cualquier otro jugador. Y en el contrato él no admitiría una rebaja por cada mes que este de baja.


A todo esto, el carácter de Messi parece que solo permite mostrarse afectuoso con los colores albicelestes. Palabras de agradecimiento al Barça muchas, pero gestos que los acompañen pocos. No se le ha oído, o si lo ha dicho no ha sido con la suficiente fuerza, decir que quiere hacer reinar al Barça, o que se quiere retirar en el club, o que prefiere jugar en el Barça que ganar petrodólares en cualquier otro equipo.


 


Sabemos que es tímido, y que a veces parece costarle expresar sus sentimientos, pero el Barça en este película es el novio que ve como su pareja solo tiene palabras de amor y cariño hacia la madre.


A todo esto, falta por ver si es cierto el permiso de Guardiola o , como ya hizo antes, estamos hablando de una jugada maestra de Leo para forzar su presencia en Marsella. De ser así, la balanza quedaría desequilibrada hacia el lado del mal…


 


No sabéis que poco nos gusta hablar mal de Messi!!!


 


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