dijous, 12 d’agost del 2010

DOS BANDOS, DOS SENSACIONES




 


 


Poco a poco, como el mar gana terreno a la tierra, el barcelonismo se va dividiendo en dos bandos. No es que haya dejado de estar dividido nunca, pero en cada trinchera se comienza a percibir movimientos, para prepararse para cualquier circunstancia que pudiera deparar el futuro.


De un lado, están los que están totalmente tranquilos con la gestión que está realizando el equipo directivo dirigido por Sandro Rosell. En el otro, encontramos a los que están aterrorizados por todas las gestiones que ha llevado a cabo la directiva entrante en el mes y medio de mandato.


No es ninguna sorpresa, si decimos que a nosotros nos encontrarían más cerca del último bando que del primero. Mucho más cerca, ciertamente. Pero no es menos verdad que, fríamente, a mediados de agosto no hay mucho que haga postularse firmemente en uno y otro bando.


Y es que si por algo se ha caracterizado está directiva es por sus pocas decisiones tomadas. Se pueden tomar por los dedos de una mano los actos cerrados y ejecutados. Sorprendieron con un inicio fulgurante. Trataron el tema Johan como una cosa prioritaria, vendieron a Chygry, no se entretuvieron para hacer públicas las auditorías, etc. Pero lo que se dice acciones ejecutivas ninguna.


¿Entonces porque esta división entre barcelonistas? Por las sensaciones. Ni más ni menos. Rosell representa, a pesar de haber luchado contra eso buena parte de subida, el barcelonismo más clásico, aquél que siente el club como algo propio y que, en el fondo, los títulos son algo secundario, pues ha vivido buena parte sin saber que era un triunfo.  La reiteración del  término “ socio-propietario” durante la campaña es una muestra de ello.


Por el otro lado, está todo lo que representa Laporta, que es por lo mismo que decía el presidente  Sandro hasta hace bien poco. Hablamos del barcelonismo sin complejos, en el que el objetivo primero y único es ganar, dejando la imagen y demás cosas en segundo plano. Ambas posiciones convergen en una cosa, el catalanismo, aunque con matices importantes en cuando a su manifestación.


Hablamos de dos maneras de entender el club. Unos piensan que la mejor forma es la primera, otros que la segunda. Obviamente, los primeros también quieren ganar, pero no lo ven como una escusa para poder justificar cualquier cosa. Entre esas cosas, destacan la de vender patrimonio y arraigar el club a la sociedad civil catalana, ya que a su entender, el club debe representarla.


Curiosamente, uno de los apoyos más firmes de Rosell, el ex presidente Núñez, siempre ha sido contrario a eso, mostrándose (sin decirlo y quizá sin darse cuenta) de acuerdo con Laporta. Ambos alejaron al club de los poderes fácticos catalanes. Ahora, con Rosell y como todos hemos podido comprobar durante la campaña, estos poderes han visto la posibilidad de poder llevar a cabo su idea de club.


Nosotros creemos, estamos convencidos,  que la mejor forma de llevar el club es, en líneas generales,  tal y como lo ha llevado Laporta. Ahora manda Rosell, quien hasta el momento no ha hecho casi nada, aunque sí ha dibujado mucho. Y es a partir de estos esbozos de acciones donde la división ha comenzado.


Creemos que es demasiado pronto para que los dos bandos entren en guerra. De hecho, nunca es tiempo para ello. Todos quieren el bien del club, aunque difieran en cómo llevarlo a cabo. Pero eso pasa en todos los ámbitos de la vida, y siempre ha disputas.


Por si acaso, recordar que durante 7 años, se ha disparado al poder por unas cosas( imagen, patrimonio, etc). Ahora, seguramente sucederá al revés. La diferencia, que de ganar, los de un bando, aquel en el que estamos, no diremos ni pio. Y es que lo que queremos, es ir a canaletas.


No sabéis que complicado es el barcelonismo!!!


The Digital Garden.



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