La llegada de Mascherano supone dar por cerrada la configuración del centro del campo culé, pues con el argentino son 5 piezas profesionales más los canteranos para afrontar toda la temporada. Más que suficiente en cantidad, pero tenemos muchas dudas de que Mascherano sea lo que necesita el Barça.
Los motivos son muchos y variados. Primero porque solo lo vemos jugando de pivote. De nada más. No es que sea éste sea un inconveniente muy importante, pero dado lo corta que es la plantilla hubiese estado bien contar con un jugador capaz de jugar de interior o de central. En defensa por lentitud y físico no lo vemos, de interior sus limitaciones técnicas le hacen incompatible con el puesto. Si a Keita le costó horrores, a Mascherano…
El segundo motivo de nuestro disgusto por la llegada del argentino es que en el pivote, no reúne las características de los últimos jugadores que han ocupado la plaza. De hecho, es un Milla del siglo XXI, pero sin la velocidad en el toque que tenía el canterano. No tiene el desplazamiento en largo de Edmilson, ni el poderío físico por arriba de Márquez, ni la capacidad de combinación de Toure, ni la espectacular salida de balón de Busi.
Sus mejores credenciales son defensivas. Corta mucho y hace bien las coberturas, pero sinceramente, no le vemos nada más. Siempre ha jugado acompañado por otro compañero y cuando no lo hace suele naufragar como le pasó en los cuartos del Mundial contra Alemania, donde jugó sin nadie al lado y fue incapaz de cortarlas contras alemanas.
Además, dudamos que sea capaz de combinar al ritmo que requiere el Barça. Por aquí, han pasado multitud de jugadores que antes de llegar parecían una cosa y luego, quedaron en evidencia. Y es que el rondo azulgrana es otro mundo. A Van Bommel le sucedió una cosa similar y Mascherano es bastante peor técnicamente que el holandés.
Es obvio que confiamos en Guardiola. Pero no es norma de esta casa aplaudir por aplaudir todo lo que llega. Ni antes ni ahora. Ahora todo el mundo sabía que Ibra fracasaría, hace un año todo eran aplausos y sueños húmedos. En el mercado había otras opciones más interesantes que Mascherano.
Y es que, el último motivo que nos hace desconfiar de su adaptación es su edad. Con 26 años y siendo capitán de la selección Argentina, ¿ Cómo asimilará ser suplente de Busquets? Por muy Campeón del Mundo que sea el de Badía, no imaginamos a Mascherano aceptar sin rechistar la suplencia en un clásico, aunque el hecho que haya perdido dinero viniendo es rayo de luz al optimismo.
Nada nos gustaría más que alguien se riese de este artículo dentro de unos meses. Seríamos enormemente felices. Esperamos a ver qué tal le va. Su éxito será nuestra felicidad. Solo queremos ver al Barça ganar títulos. Nada más…ni nada menos.
No sabéis la suerte que le deseamos!!!
The Digital Garden.
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