Jan Laporta vendió parte de los terrenos adyacentes a la actual Ciudad Deportiva de Joan Gamper para poder autofinanciar la construcción de la Nueva Masía y de otros equipamientos deportivos en la zona. Ahora, Sandro Rosell los ha recuperado para reunir a todos los equipos de deportes indoor en una misma zona.
La intención de Jan Laprota y de sus sucesores era hacer en los terrenos de Viladecans la Ciudad Deportiva de las secciones. Al parecer, según el criterio de la nueva Junta eso es imposible y de ahí la adquisición de patrimonio. Y la noticia es más importante de lo que pueda parecer.
A día de hoy, las secciones inferiores de Balonmano, hockey y baloncesto entrenan en diferentes pistas de la ciudad y alrededores, con todos los inconvenientes que ello conlleva para la correcta formación de los chavales y , consecuentemente, para el futuro deportivo del club. Sí por los motivos que sea, no se piensa utilizar los terrenos de Viladecans, es una buena elección la de la Junta.
La cantera del Barça dio un salto cualitativo importantísimo cuanto pasó de entrenar en los campos del Mini, en el que varios equipos compartían un mismo campo, a hacerlo en la Ciudad Deportiva. Esperemos que el resultado sea el mismo para las secciones y sirva para potenciar unas canteras que en la última década han estado algo escasas, desde la aparición de Pau y Navarro.
Relacionado con las secciones, la Junta directiva anunció recientemente que tiene intención de dar prioridad a la construcción del nuevo Palau que a la remodelación del Camp Nou, opinión en la que, y aunque parezca extraño, aplaudimos con todas nuestras fuerzas.
Hoy en día, ver un partido de lo que sea en el Palau es un suplicio auténtico para cualquiera que mida más de 180 y/o pese más de 80 quilos. Si reúnes las dos cosas, mejor no vayas. Tus pies chocaran con la persona que este sentado en la fila de abajo, tus brazos rozarán siempre al de al lado, la chaqueta no sabrás donde dejarla en invierno y en verano sudarás como en una sauna.
Eso por no hablar de la visibilidad a la pista en buena parte de las gradas. Es nula o defectuosa. Con todos estos ingredientes a nadie le debe extrañar que la afluencia al Palau este en unos números ridículos para un equipo que el año pasado hizo el mejor básquet que se recuerda en Europa en mucho tiempo.
Nos es igual el diseño o la capacidad (se habla de un máximo de 13000 personas), pero si que debe ser lo suficientemente moderno para estar adaptado a las necesidades actuales, capaz de ofrecer una visibilidad óptima desde cualquier parte de las gradas, manteniéndose, si puede ser, la presión que ejerce el público sobre la pista.
La actual directiva está muy preocupada por la economía. Es entendible, Mirando muy cerquita, hay un ejemplo de como con poco dinero( 80 millones de euros) se puede hacer un estadio que es envidiado en todo el mundo. Ese debería ser el ejemplo a seguir. No hay que volverse loco en el nuevo Palau. En imprescindible y urgente su construcción, pero a un precio razonable.
No sabéis como se necesita un nuevo Palau!!!
The Digital Garden
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