dilluns, 15 de juny del 2009

EL BARÇA O LA PASTA




 


 


                               


 


 


De pequeños todos hemos soñado con ser futbolistas, con saltar al Camp Nou, con marcar un gol y ser ovacionados, con hacer rabiar al Bernabéu… todos hemos tenido esas fantasías en algún momento de nuestra infancia. Por desgracia o por fortuna, muy pocos han hecho realidad estos sueños. Solo unos cuantos privilegiados pueden enfundarse la camiseta azulgrana cada semana, sentir la presión del coliseo  barcelonista y cobrar unas nóminas de escándalo cada mes.


 


Uno de esos elegidos es Víctor Valdés. El meta del Hospitalet lleva ya con esta temporada que acabamos de finalizar, 6 temporadas defendiendo la portería del Barça, y después de algún que otro altibajo, Valdés cerró el debate de la portería después de rubricar actuaciones decisivas como en París o Stamford Bridge.


Por fin, el Barça, después de un largo periodo bajo la sombra del recuerdo de Zubi, encontraba un portero de garantías.


 


Sobre el papel, el Barça y Valdés deberían certifica un matrimonio como los de antes, para toda la vida, pero en estos últimos días, y con la finalización de su contrato a la vista, han empezado a surgir las primeras erosiones en la relación entre ambas partes.


El Barça, siendo consciente de que el caché de Víctor ha subido desde su última revisión de contrato, le ofrece un nuevo contrato con una ficha sustancialmente más alta. Según filtraciones, el club le ofrece unos 6 millones de euros por temporada y un contrato de 4 años de duración. Una revisión justa que se adecuaría a los servicios prestados por el meta catalán durante todos estos años.


 


Pero hete aquí que parece ser que Valdés no parece conformarse con esa cifra, nada despreciable por cierto, y se descuelga pidiendo que su salario se sitúe en el primer lugar de la escala salarial. Justo en el mismo rango que los Messi, Eto’o o Henry. A nuestro parecer, Valdés se está equivocando.


 


¿Merece Víctor lo que pide? De entrada, decir que nos parece banal y peligroso atribuir los méritos de una persona en base a un argumento económico, pero si que creemos que el guardameta parece no valorar al club tanto como el Barça siempre le ha valorado a él.


El club le perdonó su pataleta ante Van Gaal, le ha defendido siempre a capa y espada de las injustas críticas y siempre le ha transmitido confianza total en sus servicios.


 


Valdés es uno de los jugadores más importantes del último lustro de la historia del club, pero mal le pese, el caché de un portero, salvo excepciones muy concretas, jamás se ha equiparado con el de un jugador estrella de campo. El mercado tiene unos parámetros muy concretos, unos comportamientos establecidos, y  que Valdés y su agente, por mucho que quieran no podrán cambiar.


 


Valdés debe recordar su infancia y acordarse de cuando soñaba en ser el dorsal 1 del Barça. Con mucha justicia, lo consiguió y entre otras cosas, tuvo la suerte de convertirse en millonario.


Ahora, con un contrato de 6 millones de euros sobre la mesa, debe valorar si lo que prima en sus aspiraciones es hacer leyenda en el club de su corazón, o el salir del Barça con un supuesto contrato de cifras superiores.


¿ Acaso le cambiará mucho la vida de cobrar 6 a cobrar 9?  Ante estas cifras de vértigo, nos cuesta comprender como  Valdés puede condicionar su continuidad en el Barça solamente por el aspecto salarial. Por falta de proyecto deportivo y por falta de apoyo dentro del club no será.


Víctor es el momento de que des el paso. Barça o dinero


 


¡ No sabéis lo que nos desconcierta Valdés!


 


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