Sin apenas tiempo para digerir la marcha de Samuel Eto’o, el Camp Nou ha dado hoy la recibida a su nuevo ídolo: Zlatan Ibrahimovic. A rey muerto, Rey puesto.
El sueco se ha dado un baño de multitudes al ser el protagonista de la presentación más multitudinaria de la historia del club. 60.000 personas se han dado cita en el coliseo azulgrana para dar la bienvenida al crack escandinavo.
Previamente a la salida del sueco al césped del Camp Nou para realizar los protocolarios malabares con el balón, Ibra dejaba claro una cosa que es tan cierta como difícil. Zlatan avisaba que no viene a sustituir a nadie. El sueco quiere dejar atrás la sombra de su antecesor, Samuel Eto’o y huye de cualquier comparativa entre los 2.
Razón la tiene y de sobra, pero todos sabemos que será difícil. Los grandes jugadores siempre han dejado una huella imborrable en el club que a veces, ha perjudicado a los jugadores que les han venido a reemplazar.
Es por eso que pedimos que a Ibra se le calibre por lo que puede ofrecer y por sus prestaciones. Olvidemos a Eto’o y juzguemos a Ibrahimovic por sus características. Ibra no presionará como Samuel, ni tendrá esa velocidad punta, pero otorgará al equipo otras virtudes que pueden ser igual de válidas. Y es que no solo el modelo Eto’o es el ideal para vestir el 9 del Barça. Ibra, siendo un delantero centro totalmente opuesto al camerunés, está capacitado para ser igual de decisivo que Samu,
Para el culé, a veces el cambio se le antoja difícil y por desgracia, es habitual ver como muchos siempre miran al pasado para tratar de desprestigiar al presente sin dar la oportunidad a ese presente de ver si puede llegar a ser igual o mejor de ese pasado que tanto anhelan. Y es eso lo que queremos evitar. Ibra es Ibra y Eto’o es Eto’o.
En otro orden de cosas, el sueco ha admitido que si en su momento, si debía abandonar el Inter, sería para recalar en el Barça. Desconocemos si es cierto o no, así que, como culés que somos, nos acogeremos a la opción positiva. ¿ Por que? Pues porque es un hecho que demuestra que el triplete y el buen gusto por el fútbol que caracteriza a este club dan poco a poco sus frutos. ¿Qué jugador no alucinó el año pasado con el Barça? El Barça gasta porque es algo obligado en el disparatado mundo del fútbol, pero ese gasto va siempre enfocado a un modelo en concreto que otros llevan años intentando encontrar y que encuentran en el talonario la solución a sus problemas.
El sello de club que lleva el Barça estampado en su ADN no solo fructifica en el terreno de juego. También sirve para que los más grandes quieran vestir de azulgrana. Y es que el buen fútbol es el camino más corto para reclutar a los mejores.
¡ No sabéis lo orgullosos que estamos!
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