dimarts, 19 de gener del 2010

ANALIZANDO AL SUECO




                     


 


Llegamos al ecuador de la Liga. El sábado el Barça jugará en Pucela el último partido de la primera vuelta siendo ya matemáticamente campeón de invierno.


Ha sido una primera vuelta dura y con un Real Madrid mucho más sólido que hace justamente un año. Aún así, el Barça ha conseguido mantener a cero su contador de derrotas y ha sumado 5 puntos más que el Real en estas 18 jornadas disputadas.


 


Justamente a mitad de Liga puede ser un buen momento para sacar las primeras conclusiones de este Barça 2009/2010. A nivel global, las cosas no pueden ir mejor; 3 títulos ya conseguidos, en octavos de la Champions y líder en la Liga. El único lunar sería la eliminación en Copa contra el Sevilla. El Barça está en la pole position en todas las competiciones en las que participa.


También es el momento de medir individualmente el rendimiento de los nuevos jugadores, y es en este punto donde nos queremos parar. Queremos analizar el rendimiento hasta esta fecha del jugador que supone la operación más importante de la historia del club: hablamos de Zlatan Ibrahimovic.


 


Ibra lleva 13 goles en el cómputo global de competiciones. 11 en Liga, 1 en Champions y otro en Copa.  Son cifras nada despreciables tratándose de un jugador acostumbrado a marcar entre 15 y 20 goles por temporada (excepto la 2008/2009 en la que anotó un total de 29).


Además, hay que tener en cuenta que el sueco todavía está en proceso de adaptación y está asimilando día tras día, su nuevo rol como delantero centro. En Italia era la única referencia, era el hombre al que todos los compañeros debían buscar, el faro que iluminaba las jugadas de ataque del Inter.


Ahora no es así. Ibra es una pieza más en el engranaje ofensivo del Barça. Messi, Henry, Pedro o Iniesta se reparten esa responsabilidad que Zlatan monopolizaba prácticamente en Milán.


Podríamos decir que este aspecto Ibra lo tiene superado ya que sus características innatas lo definen como un jugador de los llamados generosos, de esos que a veces por intentar de dar una asistencia pierden una ocasión para disparar a puerta. Esa virtud, porque si, es una virtud, la han explotado sus compañeros hasta en 5 ocasiones fruto de sendas asistencias (algunas antológicas como la que supuso el gol de Pedro ante el Mallorca).


 


En el apartado en el que Ibra no saca nota todavía en los movimientos dentro del terreno de juego. 5 años con un delantero centro como Samuel Eto’o han acostumbrado al aficionado culé a ver a un 9 con mucha movilidad y tirando constantemente desmarques y suponemos que a los propios compañeros de Zlatan les habrá pasado lo mismo. Ibra no es Eto’o igual que Eto’o no es Ibra.


El sueco no se caracteriza por su capacidad para el desmarque ni por pedir balones al espacio ya que su velocidad es más limitada que la del camerunés, pero creemos que debe probarlo más ya que las veces que lo ha intentado muchas veces ha sacado petróleo de ellas. Goles como el que le mete al Atlético, buscando la línea de pase entre la defensa, reflejan que Ibra si sabe desmarcarse.


La culpa no es del todo suya. Quizás sus compañeros cuando levantan la cabeza no piensan que el sueco vaya a tirar un desmarque y lo ven como un recurso para combinar y utilizarlo de boya. Pep tiene parte de culpa ya que en muchas ocasiones lo ha alejado del área ubicándolo como mediapunta por detrás de Messi.


 


 


 


En verano se tomó la decisión no solo de cambiar de delantero centro, sino también se decidió cambiar la forma de atacar. Los perfiles de Eto’o e Ibrahimovic son totalmente opuestos. Ni uno es malo ni el otro es el único con el que se puede llegar al éxito, pero es algo incuestionable que Pep decidió cambiar un modelo que funcionaba y se arriesgó a darle un giro radical a su manera de atacar. Poco a poco la pieza Ibrahimovic va encajando más en el tablero de Pep aunque su rendimiento está describiendo una parábola un tanto desconcertante. Empezó lento y un poco desorientado pero marcando goles para luego. Luego dio un paso más al frente dando muestras de empezar a entenderse con sus compañeros. Y ahora parece volver a los inicios ya que se le ve demasiado estático y para colmo, parece tener la pólvora mojada.


 


Le daremos a Ibra la confianza que merece un jugador de su categoría y lo valoraremos (almenos quien escribe este post) por lo que hace y no por lo que su antecesor ha hecho ya que no sería justo.


Su rendimiento hasta la fecha no está por encima del 8 pero tampoco por debajo del 7. Hay que ser exigentes, su precio y su rol en el equipo merecen ser examinado con detenimiento.


 


¡ No sabéis lo que nos fijamos en Ibra ¡


 



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