Desde muy pequeños nuestros padres y nuestros profesores nos han ido inculcando una serie de valores y de pautas de comportamiento para que en el futuro, seamos personas de provecho. Como todo el mundo, cada uno de nosotros hemos cometido alguna que otra trastada o hemos sido víctimas de la llamada “edad del pavo” pensando que todo el mundo va en nuestra contra cuando somos nosotros quienes íbamos en la otra dirección.
Cuando nuestros padres detectaban alguno de esos síntomas, reaccionaban rápido en forma de castigo, bronca u otro método de represalia. Habitualmente, lográbamos reaccionar y a base de esas reprimendas, hemos ido aprendiendo a lo largo de nuestras vidas.
Y este rollo paternal nos viene perfecto para empezar a homenajear a un jugador que tocó fondo en su momento y que gracias a un breve castigo, reaccionó y dio el salto de calidad más importante y esperado de su carrera deportiva. Hablamos de Xavi Hernández.
Retrocediendo al maldito 2008, recordamos como Rijkaard mandó a Xavi al banquillo después de una serie de partidos nefastos dando momentáneamente la razón a los que llamaban al de Terrassa como el funcionario. Xavi estaba pasando un bache muy importante en su rendimiento y por culpa de ellos, muchos empezaron a cuestionar toda su carrera como futbolista. Se le recriminaba que en una década en el primer equipo nunca había destacado y que se sobrevaloraba en exceso su aportación hasta entonces.
Se empezaba a generar un debate intenso entre detractores y defensores de Xavi que para nada beneficiaba un jugador ya de por si, poco autocrítico.
Rijkaard dejó a Xavi sin la etiqueta de intocable y lo sentó en el banco unos pocos partidos. Desconocemos si fue para protegerlo o si fue para que reflexionase acerca de su rendimiento pero lo único cierto fue que ese supuesto castigo supuso una catapulta hacia el estrellato del segundo capitán de la plantilla.
El Xavi de antes de la suplencia no tuvo nada que ver con el que se vio después de ella. Xavi volvió con más fuerza que nunca anotando goles y cerrando poco a poco el debate que se había generado entorno a su persona.
Tras acabar una triste temporada con el Barça, Xavi se fue con la selección a la Eurocopa. La línea ascendente que el 6 azulgrana venía describiendo llegó a su punto culminante ese mes de Junio. Austria y Suiza fueron testigos del mejor Xavi que se recuerda hasta la fecha. Nombrado el mejor jugador del campeonato, Xavi empezaba a obtener el reconocimiento internacional que muchos reclamaban con más subjetividad que objetividad. Xavi por fin, empezaba a dejar pocas dudas sobre su calidad.
Muchos podían pensar que ese Xavi no se podría repetir y menos en el Barça donde la marejada de fondo era importante.. cambio de estrellas, cambio de entrenador y un entorno un tanto agitado. Pero lo que ocurrió fue todo lo contrario. El centrocampista catalán mantuvo el nivel mostrado en la Eurocopa durante toda la temporada siendo una de las piezas clave e insustituible del esquema de Pep Guardiola. El Xavi del 2009 fue aún mejor, si cabe, más regular, que el de 2008 llegando a ser nominado balón de bronce y tercero en el FIFA World Player.
Xavi ha cerrado por fin, después de 10 años en la élite, el debate sobre su categoría como futbolista. No nos engañemos, este reconocimiento le ha llegado ahora porque no se lo mereció antes, pero al césar lo que es del césar. A punto de convertirse en el segundo jugador con más minutos de la historia del club tan solo superado por Migueli, ya se le puede considerar como mito viviente del FC Barcelona. Su categoría y sobretodo, el estilo y el sello que le da al equipo el poder contar con un jugador como él hacen de Xavi un jugador único que al contrario que muchos otros jugadores ha ido mejorando con el paso de los años. Todo gracias a un toque de atención que Xavi supo reconducir. Bendito banquillazo el que Frank le dio a Xavi.
¡No sabéis lo que admiramos a Xavi!
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