La noticia del traspaso de Dymitro Chigrinsky ha sido una sorpresa para todo el mundo. No por la repercusión del traspaso en si, ya que el ucraniano tan solo ha jugado 14 partidos en toda la temporada pasada, pero si que nos ha sorprendido el trasfondo de la operación.
Chygro, como cariñosamente se le conoce en el vestuario, llegó el verano pasado previo pago de 25 millones de euros al Shaktar. Guardiola se enamoró perdidamente de ese central del que muchos hablaban maravillas, en especial por una virtud muy escasa en los centrales de hoy en día: la salida del balón.
Pep presionó de lo lindo a su presidente para conseguir dicho fichaje. Guardiola, con el triplete bajo el brazo, gozaba de una posición privilegiada para que la junta le concediese cualquier capricho.
Y así fue. Laporta cerró el traspaso a última hora y el de Santpedor pudo contar finalmente con el central de sus sueños.
Pero una vez indiciada la temporada, Chygryisnky fue perdiendo protagonismo a medida que pasaban los partidos. Quizás su sentencia de muerte fue en la ida de los cuartos de Copa contra el Sevilla, día en el que la afición le castigó con una primera pitada. Justo el día que regresaba Milito, cosa con la que no contaba casi nadie y que quizás acabó por dictar la sentencia de muerte al ucraniano.
Por el coste del fichaje y por la predilección de Pep por Chygro, nadie parecía contar con el retorno del jugador a su país. El Shaktar ha pagado 15 millones de euros por repatriarlo, con lo que el Barça ha perdido un total de 10 millones por el camino.
Esta operación nos ha generado muchísimas dudas. En primer lugar, el presidente Rosell ha argumentado que el traspaso se ha realizado debido a que la situación económica del club es muy precaria y se necesita vender para poder pagar los sueldos de los futbolistas.
Dudamos que 15 millones de euros solucionen un problema de liquidez, a priori, tan grave. Solo ese traspaso es casi lo que cobra Ibra en un año.
Si nos preguntáis por esto, opinamos que Rosell ha exagerado para justificar una decisión que él mismo ha reconocido haberla tomado en contra de la opinión de los técnicos. Eso no es pecar de intervencionismo pues?
Ojito con este tipo de decisiones. No es bueno empezar a tomar decisiones en contra de lo que opinen los profesionales. Está claro que es bueno ceder de vez en cuando, pero en la primera decisión seria a nivel deportivo, Rosell ha barrido para su lado.
Por otro lado está la figura de Guardiola. El principal valedor del fichaje de Chygro. Todos sabemos la fijación casi maniática de Pep por el central.. se ha filtrado en muchas ocasiones la de veces que el míster le pidió a Laporta la compra del defensa central. En lenguaje coloquial diríamos que su puso pesadísimo con el tema.
Tanta insistencia y con el peso negociador del triplete, Pep se llevó el gato al agua.
Lo que nos sorprende es que si “obligó” al club a hacer esa inversión totalmente fuera de mercado, porque ahora no ha presionado de igual modo para retenerlo. Nos cuesta creer que Pep haya presionado para evitar la venta de Chygro ya que en apenas 6 días de mandato, Rosell ha sellado la venta al Shkatar. Poca oposición ha tenido el nuevo presidente.
Quizás Pep no quiera entrar en conflictos a las primeras de cambio o quizás tenga en mente promocionar a Fontás o Bartra, pero todo esto, después de haber pagado 25 kilos y solo haber recuperado 15. Quizás, podríamos habernos dado cuenta un poquito antes.
¡ No sabéis lo extraño que nos parece todo esto ¡
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