Si el primer partido de la final solo lo vieron por televisión 60.0000 espectadores, los que lo hayan visto hoy no se habrán entretenido mucho. Eso sí, emoción ha habido, pero juego y espectáculo poco. Con más faltas que minutos jugados, y con más fallos que canastas, el Barça ganó 74 a 67 y deja muy encarrilada la consecución del título.
Con una intensidad defensiva superior a la del primer partido, el BBB compitió de verdad en la final por primera vez en la serie. Bien es cierto, que a veces en defensa mezclaban acciones fuertes con algunas excesivamente duras, causando que en los primeros cinco minutos ya entrasen en bonus.
Pero lograron su objetivo, estar siempre metidos en el partido. Atacaban el rebote ofensivo en cada acción, dificultando al Barça las acciones rápidas en ataque, que fue el factor clave en el primer encuentro. Así, en estático, los de Pascual no encontraron la posibilidad de hacer canastas fáciles.
Sus pívots estuvieron bien defendidos en todo momento y la agresividad de los primeros 10 minutos hizo que el tanteo se mantuviese bajo. Fue así hasta que por el miedo a cargarse de personales, el BBB dejó de meter manos en defensa, haciendo salir el talento que tiene el Barça en el perímetro.
Desde la línea de 3, Morris, Anderson, Navarro e Ingles martillearon el aro visitante, abriendo las primeras diferencias importantes en el partido. Pero no se fue en ningún instante el BBB, que con una actitud agresiva en el rebote ofensivo, mermaron el impacto que suponía en el marcador sus continuas pérdidas de balón.
Ese carácter de hombres como Mumbrú, Hervelle y Banic, sumado a los tiros libres que tiraron por la rapidez en la que el Barça entró en bonus, explica que se fuesen al descanso tan solo a 9 puntos de los locales quienes tuvieron grogui a su rival, pero le permitieron mantenerse con vida en el partido.
Dejó de estarlo al final del tercer cuarto, en el que se fue con 14 puntos abajo. No cambió nada en el dibujo del partido, pero es materialmente imposible pretender ganar al Barça con porcentajes inferiores al 20 % desde el 6,75 y al 40% en tiros de dos. Sólo el hecho de que enfrente el Barça no tenía su día provocó que las diferencias no fueran mayores.
Solamente Ingles por los locales lograba ver aro con facilidad. Los hombres altos que tanto daño causaron en el primer choque, estaban desaparecidos. Pero si no se anota ante el Barça, poco a poco vas viendo como las distancias se van haciendo más y más grandes. Cuando encadenó 3 ataques seguidos encestando, los 400 aficionados vascos que acudieron a presenciar el encuentro comenzaron a creer en el milagro.
Sucedió en los dos primeros minutos del último cuarto, reduciendo la renta local a 7 puntos con 8 minutos por jugarse. Estar así con jugadores como Jackson, Warren y Banic en valoración negativa era milagroso. En ese instante del partido apareció Navarro para aportar anotación para su equipo, manteniendo las distancias en el luminoso. Y es que cuando Navarro consigue enchufarse, casi siempre termina por llevarse la victoria su equipo. Eso fue lo que paso al final.
Pero mientras, pasaban los minutos y las canastas subían a cuenta gotas. Vázquez rompió algo la defensa en zona del BBB y Fisher era el único que veía aro en los visitantes, que a pesar de todo llegaban a los últimos 180 segundos con 6 puntos abajo.
Si hasta esos instantes el partido estaba siendo horrible, con más de una falta por minuto, con porcentajes malísimos, esos 180 segundos compensaron lo anterior. Vasileiadis con dos acciones espectaculares puso a su equipo a 4 abajo. Pero inmediatamente después dos triples de Lorbek y Navarro enloquecieron al Palau, que veía como con un minuto por jugarse la renta para los suyos era de 10.
No se le escapó el partido al Barça, que pese a no encontrarse cómodo en ningún momento, jamás dio la sensación de descontrol, poniendo el 2 a 0 en la serie, algo que aún nadie ha logrado remontar. Aunque enfrente le esperan dos choques en Miribilla y un equipo que hoy sí ha estado a la altura de lo que se esperaba de él y que seguro será más temible con los suyos empujando.
¡¡¡No sabéis qué cerca estamos del título!!!
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