dilluns, 20 de juny del 2011

La herencia 2ª parte: La Masía.




 En la primavera del año 88, La Masía llevaba en funcionamiento casi 9 años. La idea de Josep Lluís Núñez de reunir a todos los jugadores de la cantera en un mismo edificio, pudiendo captar a talentos de fuera para que se formen de la mejor forma posible tanto deportiva como humanamente.



Convendremos todos que en 9 años es tiempo más que suficiente para que la optimización de recursos que ofrecía La Masía para trabajar la cantera hubiese dado sus frutos. Bien, en la primavera del 88, el primer equipo del Barça tenía en su plantilla a 8 jugadores de la cantera. Hablamos de Moratalla, Caldere, Cristobal, Clos, Pedraza, Sergi López, López López, Carrasco y Nayim.


No es un mal número. De todos ellos,  Moratalla, Caldere, Cristobal, Clos y Carrasco tuvieron relativa continuidad en la temporada, mientras que el resto tuvo una presencia testimonial. El caso es que gente como Caldere y Clos entraron de forma activa  en el equipo cuando ya habían cumplido los 24 años, algo habitual por aquel entonces y que hacía que la trayectoria en el primer equipo de los canteranos fuese mucho menor que la actual.


El resto de chicos, Nayim, López López y Sergi y Pedraza fueron los primeros productos de La Masía en dar el salto al primer equipo. Estos chicos tenían entre 21 y 26 años. Y aún era pipiolos casi sin experiencia en primera. Todo cambio a partir de la primavera del 88, cuando un loco holandés llamado Johan entró en el club y cambio la filosofía para siempre de la institución.


4 meses más tarde, en el primer equipo entraron gente como Milla y Amor.  A López López solo le paró el infortunio de las lesiones, como a Sergi, aunque este tuvo más continuidad esa temporada. 2 años más tarde, Guardiola y Ferrer dieron el salto. Después vinieron muchos más, no hace falta que entremos en detalle, ya que la historia es sabida por todos.


Como vemos, el trabajo en la cantera ha existido siempre. Lo que no ha habido es la voluntad de dar oportunidades a los niños. ¿Por qué decimos esto? Porque la herencia no significa tener a niños en la cantera y ya está. El verdadero mérito es quien se juega su puesto apostando por un canterano, con los riesgos que eso implica, porque va más allá del corto plazo o de los éxitos futuros.


A nuestro juicio hablar de herencia deportiva el haber criado durante un mandato a cualquier canterano nos parece absolutamente ridículo y absurdo. La Masía y el trabajo que se hace en la cantera no es producto o consecuencia de la gestión de un Presidente, ya que desde hace más de 30 años, y concretamente desde hace 20, se trabaja bajo las mismas pautas y métodos, no variando en nada sea quien sea el Presidente o el entrenador.


Y es que como dice Laureano Ruiz, el verdadero protagonista de la formación de un canterano es el entrenador del primer equipo. De él depende todo el éxito del trabajo que se hace en las categorías inferiores. El club tiene unos mecanismos que  por sí solos hacen que muchos de los mejores talentos de España y el Mundo estén entrenando para el club. Y si de ellos, hay uno tan especial como Messi todo es más fácil. ¿ o no?


Pues no, porque por muy bueno que fuese Messi, muchos se pusieron las manos en la cabeza cuando en noviembre del 2005, supieron que Frank sentó en el banco a Giuly y ponía a Leo de titular. En ese partido el argentino fue el mejor, solo eclipsado por los dos golazos de Ronaldinho. Pero el partidazo que hizo fue alucinante. Sin la valentía de ponerlo en partidos de esa índole, Leo no hubiese sido el que es, o hubiese tardo más. Y eso es solo mérito de los que lo ponen. Como el mérito de Busquets y Pedro no es de quien los fichó sino de quien los pone.


Si en el futuro hablamos de herencia por los infantiles y cadetes que triunfen dentro de 10 años, será mérito de quien los ponga y de quien haya fichado  al míster valiente. Sí a alguien le debemos el trabajo de cantera del club es a Núñez por crear La Masía e intentar humanizar y mejorar el trabajo, a Johan por hacer creer a técnicos futuros y barcelonistas que hay que creer en los canteranos y a todos los ojeadores que captan talentos. Lo demás, rencor y maldad.


No sabéis que orgullos estamos de la cantera culé!!!


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