Cuando todavía no han pasado tres meses desde la final de Roma, nada ha cambiado en el Barça. La maquina futbolística que enamoró al mundo entero el año pasado sigue engrasada, capaz de entusiasmar a todo el mundo a pesar de no marcar ni una décima parte de lo que genera.
Guardiola cumplió lo que dijo en la previa y sacó a toda la artillería. Se vio por primera a Ibra con los pesos pesados. Todos los ingredientes para ver la mejor versión del Barça. Y vaya si se pudo ver. La primera parte, a pesar del 0 a 0, fue una auténtica exhibición y un mensaje claro al resto de equipos. Seguimos siendo los mismos de siempre.
Jugando por los costados, tocando rápido en el medio, con el equipo junto y sin dejar espacios al rival que no le genera ninguna ocasión de gol. Solo la falta de puntería y el acierto tremendo de Gorka privó a los aficionados culés, que en más de 60000 personas acudieron al estadi, de ver una goleada de escándalo.
Tuvieron oportunidades de marcar todos. Ibra,Henry,Messi,Keita,Toure y hasta Pique. Pero la pelota no quería entrar. También tuvo el gol en sus botas Xavi, que cuando desatendía la creación de juego llega a las inmediaciones del área con un enorme peligro. Xavi sigue en el nivel del año pasado, pero con más presencia de cara a gol. Si une a la dirección magistral del juego la llegada , se nos acabarán los elogios para describirlo.
Si hemos de poner un pero a la primera mitad sería la excesiva dureza con la que ambos equipos se emplearon, dando lugar a entradas en las que la salud de los jugadores estaba en juego. Especialmente duras fueron dos entradas que recibió Henry, que hicieron temer lo peor. Como siempre que se calientan los partidos, Toure se tomo la justicia por su mano y rozo la roja en algunas ocasiones.
No tardó en gol en llegar en la segunda mitad. Antes de cumplirse los 5 minutos, una cesión de Ibra a Messi en la frontal. Con 3 defensores por delante, Leo tomó el camino del medio y se fue a por ellos. Ya delante del portero, definió con sutileza con la derecha. 1 a 0 y el partido y la eliminatoria vista para sentencia.
Con los ánimos más calmados, sin tanta agresividad en el juego, el Barça avasalló aún más a su rival. Con un poco más de espacios en defensa, los hombres de Pep abrieron aún más el campo, con cambios continuos de posiciones entre los delanteros y la misma sucesión de ocasiones, aunque esta vez no fue Gorka quien impedía el gol, sino el desacierto de los atacantes.
Solo de penalti, señalado en el 68, pudo volver a marcar el Barça, aunque la jugada que dio lugar a la pena máxima había acabado con gol de Ibra. Messi se encargó de marcarlo y dar la oportunidad a Guardiola de reservar hombres de cara a la Supercopa de Europa. Así, Bojan salió en el 70 por Ibra, que no tardó ni dos minutos en marcar el tercero de la noche, aprovechando un fallo garrafal de la defensa.
En su primera participación en un partido, Ibra mostró todo lo que nos espera. Un excelente juego combinativo con sus compañeros, escaso egoísmo de cara a gol y potencia en el juego aéreo en las dos porterías. Para poner peros, podemos decir que debe acostumbrarse a pedirla al espacio , ya que en algunos momentos del juego el equipo lo necesitaba. Es cuestión de tiempo verlo.
Pedro por Henry y Busquets por Pique fueron los otros dos cambios de Guardiola, que permitió ver jugar a Toure de central 15 minutos, haciendo pareja con Puyol. Desde el gol de Bojan el partido perdió velocidad y competitividad, ya que el Barça jugó con el freno de mano puesto y pensando en el viernes próximo, que puede levantar la segunda copa.
Después de un verano donde los miedos que parecían enterados con el triple volvieron aparecer, la vuelta del fútbol oficial debe traer la calma a Barcelona. Aunque convendría recordar que el año después de Paris, el Barça también venció la Supercopa con un juego igual de bueno que ahora contra el Espanyol. El final de esa temporada mejor no recordarlo…
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada