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Muchos quitarán mérito a la victoria aplastante de hoy del Barça, porque al parecer tiene una plantilla casi de NBA. Hoy le han sobrado 15 minutos de partido frente a un equipo que se ha gastado lo mismo o más que él, que tiene tanto o más talento que él, y que lo entrena un tipo con el mejor currículum de Europa. Por lo tanto, mucho mérito a Pascual y a sus hombres, por la victoria y la forma en que se obtuvo. El 80 a 61 no deja lugar a dudas.
Desde el inicio del partido se vio que más que al baloncesto los entrenadores jugaban una partida de ajedrez. Pascual vario el juego interior habitual, dando entrada a Lorbek y Morris, para frenar lo abierto que juegan los pivots blancos. Pero solo fue un detalle, ya que durante toda la final, los técnicos rotaron y rotaron a sus hombres para corregir pequeños detalles y ajustar conceptos con los que imponer el ritmo del partido.
En el primer cuarto nadie lo consiguió. El marcador se mantenía igualado y nadie se marchaba. El Madrid se mantenía en el partido por los rebotes ofensivos y el Barça por el acierto de Basile desde la línea de tres. Lo rompió Ricky, que en un alarde de madurez se hecho al equipo a la espalda, agotó a los bases blancos con su defensa y en ataque abrió la defensa con sus continuas penetraciones, que o eran canasta suya o de Fran Vázquez, inmenso en los minutos que está en cancha.
Cuando el Barça consiguió cerrar el rebote defensivo y las penetraciones de Jaric, el Barça se escapó en el marcador, jugando con ventajas superiores a 10 puntos durante todo el segundo cuarto. El Madrid no encontraba nunca posiciones claras de tiro, cosa que saco del partido a Jaric y Llull. Solo Lavrinovic asustaba con su tiro exterior, pero era insuficiente para contener el poderio azulgrana.
Con más 15 a favor del Barça finalizó el primer tiempo, en la partida de ajedrez que jugaron los técnicos se decantó a favor de Pascual, que secó a Jaric y LLull, los dos hombres que habían llevado al Madrid a la final. La defensa del Barça ralló durante esos 20 minutos al nivel más alto. Es un espectáculo el trabajo colectivo del equipo, en el que se defiende sin manos, sin palos, sin agresividad. Se cierran líneas de pase, se intimidan tiros y se cierra el rebote para correr.
Pero con la plantilla del Madrid, el Barça no podía estar tranquilo. Por eso no bajo los brazos, defendió desde el inicio del tercer cuarto como si fuese por debajo, consiguiendo en los primeros 5 minutos del periodo abrir más las distancias, que alcanzaron los 24 puntos. Ricky continuaba con su recital en los dos lados, mientras Pete se comía a Jaric y Lorbek anotoba desde la pintura.
Tal era el dominio blaugrana, que no hizo ni falta la mejor versión de Navarro, aplicándose más en defensa que en ataque. El tercer cuarto terminó con más 27 para los de Pascual, que durante vrios minutos humillaron al rival, en el que solo Velicovik y Llull parecían tener algo de casta y orgullo, para intentar maquillar el resultado. Es que hubo momentos que era un juego de niños contra adultos.
Los últimos 10 minutos solo tuvieron la emoción por ver quien sería el MVP. Lorbek, Vázquez y Ricky habían hecho méritos para ello, pero ni el magnetismo de Rubio ni la clase de Lobek le quitaron el reconocimiento a Vázquez, inmenso toda la competición. Al final, el Barça no hizo mucha más sangre y la ventaja final se quedó en 19 puntos, 80 a 61.
No hay peros posibles al triunfo azulgrana. Ninguno. Como ningún pero hay que ponerle a Pascual, que poco a poco, sin ruido y sin fuegos de artificios a su alrededor, puede presumir de haber ganado la partida a todos y cada uno de los mejores entrenadores de Europa. Justísima victoria, tanto en la técnica como en la táctica del Barça...Todo bajo la atenta mirada de Florentino, que parecía no entender nada.
No sabéis como hemos gozado!!!!
The Digital Garden
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