Para crecer como equipo hay que saber jugar en todas las condiciones, ya sean favorables o no. Para todos los participantes y todo el entorno de la Copa, la competición ya tenía un ganador antes de jugarla. La ajustada victoria de hoy, por 77 a 72, demuestra que en los torneos cortos, el favorito siempre sufre…y mucho.
Sorprendente inicio de partido. Cuando todos pensaban que para ganar al Barça había que jugar a pocos puntos, el Cajasol salió moviendo la pelota perfectamente, encontrando cómodas posiciones de tiro, que facilitaban los altos porcentajes de tiro de los sevillanos, que posibilitó que durante todo el primer cuarto el Barça fuese siempre por detrás del marcador.
A medida que pasaban los minutos, comenzaba a crecer la impaciencia de los jugadores blaugranas, que esperaban seguro demostrar su favoritismo de entrada. N’Dong fue la demostración más clara, ya que en pocos minutos y aún sin haber roto a sudar, cometió dos faltas y una técnica.
A medida que la intensidad defensiva del Barça creció, las ventajas de los sevillanos, que habían alcanzado los 10 puntos, comenzaron a menguar. Pero una vez el Barça igualó el partido, no pudo romperlo, ya que durante los dos primeros cuartos fue incapaz de correr, ya que no controlaba el rebote defensivo.
A descanso se llegaba con el partido igualado a 37, con los dos equipos dominando un cuarto cada uno y con la sensación de que el Barça había salido con una gran losa en la espalda, la de la presión, ya que nadie dudaba ni un instante en señalar como Campeón de la Copa al Barça.
Con el ritmo loco del inicio desaparecido, el partido adquirió los tintes que se preveían. El Barça con una marcha más en defensa y el Cajasol intentando no cometer errores para estar siempre en el partido. Pero el Barça de la mano de Ricky comenzó a adquirir las primeras ventajas en el marcador.
El base catalán ahoga las ideas de los de plaza en defesa y en ataque anotaba con facilidad, demostrando que no es flor de un día sus buenos porcentajes en el lanzamiento exterior. Cuando Ricky se fue al banco, Lorbek y Morris impusieron su ley bajo los aros, manteniendo las cómodas ventajas azulgranas, dejando sin fuerzas y cargando de faltas a Triguero, muy serio durante todo el encuentro.
Con más 10 para los hombres de Pascual, el Cajasol se puso en zona. Con Lakovic en cancha, el Barça no supo leer como atacar la defensa. Un parcial de 6 a 0 hizo creer a los de Plaza en la victoria. Estaban 4 abajo y con el rival en bonus, algo que acostumbra a ser decisivo en el último cuarto.
Tardó demasiado Pascual en dar entrada a Ricky. Los ataques con Jaka eran muy poco fluidos, lentos y sin encontrar posiciones claras de tiro. Todo cambio con la entrada de la joven estrella, que aporto más intensidad defensiva, que metió al equipo en el partido y corto la anotación Sevillana.
No se fueron nunca los azulgrana en el marcador, pero sí que pudo mantenerse por encima del marcador hasta el final del partido, llevándose un partido muy disputado, en el que se demostró que siempre es malo , malo , malo, ganar antes de jugar…aunque quienes así te ven sean tus rivales. Porque es muy fácil creérselo.
No sabéis como Hemos sufrido.
The Digital Garden
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