La diferencia entre un genio y un loco es muy pequeña. A veces puede resultar inexistente. Guardiola hizo una alineación que parecía una locura pero que acabo siendo una genialidad. Cuando no es la primera vez que esto sucede, no queda otra que rendir pleitesía al hombre que dirige un equipo que cada día que pasa se reinventa a sí mismo manteniendo la excelencia del primer día.
Porque solo como locura se podía calificar antes del partido a una defensa de 3 formada por Busquets, Mascherano y Abidal. Delante, un centro del campo con 3 jugones, Thiago, Iniesta y Cesc, protegidos por Keita. En punta, Alexis y Pedro acompañaban a Leo. Pero si a este 11, le chutan tan solo 1 vez a puerta y no concede peligro en 45 minutos se puede decir que la locura era una genialidad.
El Barça desde el minuto 1 tuvo el control del balón, jugando en campo contrario siempre, porque superaba una y otra vez la presión del Villarreal. El dominio se materializaba en continuas llegadas, pero sin mucho peligro, ya los puntas no lograban desbordar a su par. Aún así, el gol no tardaría en llegar.
Fue Thiago, en una contra llevada por él y que terminó con un chute con la izquierda al palo largo de Diego López que nada pudo hacer. A partir de entonces, el conjunto de Garrido estiró un poco más sus líneas, llegando a chutar por primera vez a puerta en el minuto 25. Pero no pasó de ahí el peligro creado.
Cuando lograban superar la línea de medios, tanto Thiago y Keita cortaban todas y cada una de las internadas y sino, estaba un estelar Mascherano que se comió con la ayuda de Abidal a Rossi y Nilmar, que apenas aparecieron en todo la primera mitad.
Acercándose al final de los 45 minutos, llegó el segundo. Lo hizo a través de una conexión que parece que tiene visos de convertirse en un clásico del fútbol. Hablamos de una diagonal de Leo que concluye con un pase entre los centrales a Cesc, que sorprende por detrás y bate con frialdad al portero. El tercer gol en el tercer partido del canterano, quien no ha podido tener un mejor arranque en su periplo culé.
Otro que está despejando cualquier debate sobre su incorporación es Alexis. A su interminable intensidad en el juego, ayer le sumó una tranquilidad en la definición que le permitió aprovechar un sensacional pase de Thiago y marcar el tercero de la noche, cuando tan solo se llevaban jugados 47 minutos de juego.
Era el Villarreal, el cuarto equipo de la Liga pasada, participante en la Champions League, con una defensa de circunstancias. Es igual, este Barça agota los adjetivos. Nos hace parecer hiperbólicos y es al contrario. Nos quedamos demasiado neutros a la hora de elogiar todo lo que hace el equipo.
No hay nada mejor para ilustrarlo que ponerse el cuarto gol de la noche, cuando aún faltaban 40 minutos para terminar. Un rondo gigantesco en el centro del campo, que mareo al Villarreal, en ese momento, Iniesta dibuja un pase entre los defensas que lo recibe Messi y marca sin pestañear, como quien va un lunes a la oficina.
A partir de ahí el partido bajo varios puntos en el ritmo. El Barça pareció conformarse con lo ofrecido hasta ese momento. Solo en algún arranque de genialidad de Leo o de Alexis el Barça se acercaba al gol. Y terminó llegando. Lo marcó de nuevo Messi, tras una combinación fantástica con Thiago, quien jugó un partido para enmarcar.
No sería justo terminar la crónica sin reconocer que al saber la alineación pensábamos que Guardiola se equivocaba sobremanera. Nosotros no entendíamos como podía no colocar a Fontàs o Bartra con tantas bajas. No es la primera vez que lo pensamos ni será la última en que quedaremos en evidencia ante la libreta de Pep. Una libreta que nos está haciendo gozar como nunca antes lo habíamos hecho.
No sabéis como disfrutamos!!!
The Digital Garden.
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