No se necesita la mejor versión del Barça para que se muestre superior a sus rivales. Hoy, en la final de la Supercopa de Europa, ante un rival de entidad como el Oporto, ganó merecidamente el título, el segundo del año, venciendo por 2 a 0 y convertiéndose en el equipo que más títulos europeos ha ganado en la historia.
El día que el Barça salga arrasando en una final nos parecerá un signo negativo. Ayer volvió a ofrecer una imagen desconcertante en los primeros instantes del encuentro. El Oporto presionó, como lo hizo el Madrid, la salida de balón de los de Guardiola y obligo a jugar al Barça muy cerca de Valdés.
A pesar de esto, el portero culé sufrió poco, apenas un chute de Hulk y otro de Rodríguez. Todo cambio cuando apareció Messi. El argentino intervino por primera vez en el encuentro antes del minuto 15. Cogió el balón, se fue de todos los defensas que le salieron por el camino y puso nervioso a los portugueses. La jugada acabó en nada, pero el partido ya no fue igual.
El Barça se hizo con el mando del ritmo. No lo hacía a través de una circulación rápida, pero sí con un domino absoluto de los espacios. Solo sufría tras pérdida de balón de Abidal, pero Mascherano y Keita lograban evitar males mayores. Poco a poco fueron llegaron las ocasiones.
Primero Pedro escogió mal la definición, cuando podría haberse quedado solo con dos compañeros más delante del portero. Después fue Iniesta quien desde fuera obligó a intervenir a Hilton. Como casi siempre, tuvo que ser Messi, quien adelantase al Barça. Aprovechó un pase fallido de Guarin, para marcar después de dibujar un mágico dribling al portero.
Al descanso el Barça ganaba 0 a 1. No era un Barça perfecto. Sin embargo, salvo los primeros minutos, sí fue un buen conjunto. Con Mascherano y Keita espectaculares en la recuperación, con Iniesta y Xavi mandando, aunque algo lentos, y un Messi indetectable por la defensa portuguesa.
La segunda mitad tuvo un inicio similar al del primer tiempo. Un Oporto muy agresivo arriba, cortando todas las líneas de pase y obligando al Barça a jugar en largo. Tuvo la mejor ocasión de gol en un precioso disparo de Guarin, que no fue gol por una estirada impresionante de Valdés, que tocó lo justo para evitar que la pelota se colase en la red.
Entonces, de nuevo apareció Messi. Esta vez no fue para crear peligro, sino para apoyar al centro del campo. Así, Iniesta, inmenso en todo el partido, y Xavi tuvieron un socio más. Rápidamente se vio que el partido sería distinto. Pedro y Villa pudieron sentenciar el encuentro, pero siempre un mal control de la pelota, ayudado por el mal estado del césped, lo evitó.
El partido entró en una dinámica en el que parecía que se estaba disputando un trofeo amistoso, sobretodo si lo comparamos con la intensidad vista hace una semana en los dos clásicos. Ahí, apunto estuvo el Barça de tirar por la borda todo el esfuerzo. Fue, de nuevo, Abidal quien en un error garrafal dentro del área, bien pudo provocar que el árbitro pitase penalti.
Por aquel entonces, el Barça tenía una defensa inédita. Mascherano y Busquets eran los centrales y Abidal el lateral izquierdo. Adriano se había lesionado y Pep no contó con Fontás. Antes, Villa había dejado su sitio a Alexis. Minutos después entró Cesc por Pedro.
Quedaban algo menos de 15 minutos y el partido estaba abierto. Las posibilidades del Oporto se esfumaron cuando Rolando cometió una falta sobre Leo y fue expulsado por doble tarjeta amarilla, ambas clarísimas. Se constató cuando en el minuto 87 Messi se inventó un pase a Cesc, que partiendo de la posición de falso 9, controló con el pecho y remató con la derecha imposibilitando que Hilton pudiese hacer nada.
El Barça de nuevo levantaba un título, el número 12 de la era Guardiola, en la que tan solo se han dejado de ganar 3 de 15 disputados. Unos hablarán de la acción de Abidal, otros de la poca brillantez en el juego de los culés.
Nosotros nos quedamos en que el Barça fue mejor y mereció ganar. Nos quedamos con que somos el equipo que más títulos europeos tiene en sus vitrinas y con que en tan solo 20 días con la plantilla al completo, y frente a equipos mucho más rodados, ha conseguido levantar dos copas. Que siga la fiesta!!!
No sabéis que felices estamos!!!
The Digital Garden.
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