No se trata de ningún cuento chino: El Barça aterrizó en Miami, y tras visitar al delfín Flipper y sus amigos por la tarde, por la noche tuvo que vérselas con las Chivas Rayadas del Guadalajara, que le dejaron la cara cortada a punta de goles.
Sin embargo, la diferencia entre los equipos sólo en el marcador se decantó de manera abultada hacia el lado mexicano; pues en cuanto al juego, más bien fue el Barça el que impuso su ley en la mayor parte del partido, pero sus desaciertos defensivos y su falta de contundencia atacante le condenaron a hacer el papel del vapuleado en un partido ciertamente abierto, entre equipos que coinciden en su gusto por el juego ofensivo y el buen toque del balón.
Ya desde el mismo arranque del partido hubo emoción en las porterías, cuando primero el mexicano Medina superó a Pinto con un chut cruzado, que Abidal despejó apuradamente encima de la línea de gol (min. 1), y luego Villa puso el primer gol de la noche, y a la postre el único culé, tras desmarcarse y bajar en el área un pase largo de Piqué, mostrando a continuación toda su clase goleadora para vencer la resistencia del arquero azteca (min. 4).
El Barça pasó a comandar las acciones con su fútbol de siempre, bajo la guía de Thiago, que sigue inspirado, y de Xavi, que tuvo sus primeros 45 minutos en esta pretemporada. El buen hacer culé se reflejó en hasta cinco jugadas claras de gol, las más de ellas protagonizadas por Carmona, que estrelló un remate en el palo (min. 7) y se inventó más tarde una gran jugada que no terminó en gol por muy poco (min. 30). Villa por su parte repitió la jugada del gol al desmarcarse y recibir un pase largo de Jonathan Dos Santos, pero esta vez practicó una vaselina ante la salida del guardameta Michel que acabó fuera tras pegar en el larguero. Cuenca también tuvo su chance en una buena jugada individual finalizada en un remate que igualmente salió apenas desviado.
Mientras tanto, el equipo más popular de México respondía con contragolpes que hacían llover metralla de la buena sobre la portería de Pinto, que se vio en muchos apuros para repeler los balonazos aztecas. En el conjunto rojiblanco destacaron el mediocampista Marco Fabián, por su potente chut, y los delanteros Medina y Arellano, sumamente veloces y ágiles, haciéndole honor a sus motes futboleros; aunque en general, se trata de un equipo bien trabajado, de los acostumbrados en México a ganar e imponerse en todas las canchas, y que ya está en plena competición doméstica, por lo que se vio con mucho más ritmo que los culés.
Al inicio del segundo tiempo, el Barça llevó su famoso "tiki taka" al extremo, paseando el balón de lado a lado, sin que los jugadores aztecas pudieran hacer algo para detener el rondo. Incluso, los comentaristas del canal mexicano en el que el autor de estas líneas vio el partido, llegaron a quejarse amargamente de esos diez primeros minutos del complemento en que el conjunto blaugrana bailó a sus rivales por toda la cancha, admitiendo que los culés, a medio gas, estaban pasándole por encima a "El Rebaño Sagrado".
No obstante ese dominio del balón y del partido, ciertamente al Barça le faltó profundidad ofensiva, y a diferencia de lo ocurrido en el último tercio del primer tiempo, el buen hacer culé no se tradujo en más jugadas de verdadero peligro para el portero azteca Michel que una en la que Pedro quedó cara a cara con el cancerbero e intentó superarlo con una vaselina infructuosa.
El monólogo blaugrana terminó cuando Marco Fabián otra vez dejó patente su capacidad rematadora al encontrarse a la entrada del área totalmente solo, con espacio y con tiempo de sobras para sacar un poderoso chut lleno de efecto que se clavó en el ángulo (min. 15). Casi enseguida, y coincidiendo con los primeros instantes de Deulofeu en la cancha, una escapada por la banda derecha del veloz puntero azteca Omar Arellano culminó en un centro al segundo palo que el mismo Fabián remató de media chilena para darle la vuelta al marcador sensacionalmente (min. 18).
En esos minutos y los siguientes ambos equipos hicieron tantos cambios que resultó difícil seguirles el ritmo y estar al tanto de quién estaba jugando y de qué. Como si se tratara de una exhibición de canteras, culés y chivas rayadas llenaron el campo de sus más jóvenes promesas; así por ejemplo, al ingreso de Deulofeu, que estuvo muy activo en el rato que jugó, respondieron los mexicanos con Giovanni Casillas, uno de sus flamantes campeones mundiales de la categoría Sub - 17, quien subió el tercer gol azteca al luminoso batiendo con algo de buena suerte a Pinto (min. 27).
Quiso el Barça meterse de nuevo en el partido, pero en su juego se hizo evidente tanto la falta de rodaje de algunos, que vienen apenas poniéndose las botas después de sus vacaciones, como la de trabajo en equipo de todos, pues en un once tan inédito como el que hubo en la cancha en ese último tramo del partido, aún sin perder la esencia del fútbol culé, las jugadas no se finalizaban, se lograba llevar el balón hasta las inmediaciones del área azteca pero el último pase, el último regate o el remate a marco terminaban en nada. Y así, pudo el Guadalajara encontrar un nuevo gol, ya cuando se vivían los minutos de reposición, en que un mal despeje de Pinto a la salida de un córner dejó el balón en los pies del azteca Ulises Dávila, que remató de una vez y terminó de sellar la goleada.
No queda mucho más que decir de un partido que estuvo entretenido de ver, por las jugadas que no dejaron de sucederse en ambas áreas y el buen gusto de ambos equipos para tratar el balón. La temporada será muy larga y un partido como este en Miami quizás sea un borroso recuerdo en nuestra memoria por aquellas fechas en que nuestro equipo culé tenga que jugarse los verdaderos títulos. Esperemos que para entonces, cierta gente que ahora se lo debe estar pasando bomba en China, también tenga muy poco con qué repetir tal alegría veraniega. Ya veremos.
No sabéis cuán promisorios son los canteranos culés... aún perdiendo 4 a 1.
R.I.P. @ The Digital Garden.
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