Keirrison finalmente entrenará con el Barça B, pudiendo llegar a jugar con el filial en Segunda División A si no se le encuentra un destino antes del cierre del mercado el día 31 de agosto. ¿Es el indicativo de una decisión equivocada? Seguramente sí, pero hay muchísimo que decir al respecto.
Lo primero de todo es que Keirrison era un jugador más que contrastado en Brasil. Más allá de la predicción de gente como Marcos López, que decía que sería el delantero centro de Brasil en un Mundial, era un jugador pretendido por bastantes equipos por ser el máximo goleador del campeonato brasileño.
Cuando a Txiki se le preguntó por el precio del jugador, dijo que el gol vale mucho y que el jugador lo tiene. En estos dos últimos años, en todos los equipos que ha jugado no ha marcado apenas. Ni cuando no jugaba ni cuando lo hacía con más asiduidad. Ahora mismo, sin gol, su caché es prácticamente nulo.
El alto precio pagado hizo pensar a todos que en la transacción se incluían comisiones para las partes integrantes. Eufemismo para no acusar a Txiki y Laporta de haberse metido algún billete en el bolsillo. Mucha gente confunde error con delito. De momento, equivocarse en el mundo del fútbol no es delito.
Dejado claro esto, creemos que a Keirrison se le puede comparar con Soriano. El jugador ahora lesionado, era una futura estrella en las categorías inferiores del Español y de España, siendo titular siempre hasta llegar a la sub19. Marcaba goles a porrillo. Pero llegó al profesionalismo y se perdió.
Tanto es así que el Espanyol no lo quería ni para su filial. El Barça lo recuperó y en dos temporadas, una en Segunda B y otra en Segunda A, se ha revalorizado. Incluso el cuerpo técnico se ha planteado la posibilidad de poder contar con él para la primera plantilla, en momentos puntuales en los que se quiera dar descanso o contar con un tipo de "9" diferente.
Con el brasileño se puede intentar hacer lo mismo. Para él, después de dos años en los que apenas habrá jugado dos encuentros seguidos, será una bendición jugar en una Liga de primer nivel, seguido muy de cerca por los técnicos. Además, por muy difícil que pueda parecer, tendrá la posibilidad, pequeña pero existente, de ganarse con su juego la opción de entrenar con el equipo grande y, por qué no, jugar en Copa o minutos en las otras competiciones si fuese necesario.
No hay nada qué perder y no se nos ocurre mejor solución para todos. Con una tercera cesión, perderían todos. Ya que nadie aseguraría que fuese a ser utilizado 10 partidos seguidos para ver si el chico se reencuentra con el gol. Por mucho que cobre al año, mejor eso que rendirse y darlo por perdido.
No sabéis que mal negocio fue Keirrison.
The Digital Garden.
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