dijous, 29 de setembre del 2011

El gen de la autodestrucción




Solo conocemos a un  club en todo  mundo donde si en una semana se juegan dos partidos y ambos se ganan por 5 a 0 el fútbol no sea el eje central del debate del entorno. Evidentemente, ese club es el Barça y esa es la razón por la cual su ya de por sí amplio palmares no lo es más.



 


Porque Guardiola, cuando todavía no era entrenador y usaba el peina al salir de la ducha, siempre dijo que una de las razones por las cuales no podríamos mirar a los ojos al resto de clubs era por la capacidad de autodestrucción que tiene la institución. No es que ahora suceda lo mismo, pero si no se encarrila bien la situación las consecuencias pueden ser imprevisibles.


Quizá por eso, conociendo el pensamiento previo de Guardiola, nosotros entendimos el discurso de Pep del pasado sábado como un grito desesperado a la unión del club, al fin de las guerrillas estériles basadas en argumentos tan ambiguos que bien se podría usar el cuento de los campesinos y pueblerinos que explicó Rosell en la Asamblea de Compromisarios.


Porque más allá de supuestas amistades de mayor o menor gradación entre Laporta y Guardiola, sin tener en cuenta una comentada “ enemistad” entre Guardiola y Rosell, dejando de lado los primeros roces entre los directivos, lo que deben tener todos claro es que lo primero es el club y sus equipos profesionales. Nada más.


Si uno repasa lo dicho por Guardiola tras el partido del Atlético y antes del encuentro contra el BATE, el mensaje que se repite es que por el bien del club no se puede criminalizar a alguien que se ha equivocado por intentar hacer grande el club, sobre todo cuando el balance global de la gestión es muy positivo.


Sirve para Laporta, para Núñez y seguramente servirá para Rosell. Muchos lo dijimos cuando la directiva presento en asamblea la 2 acción de responsabilidad” contra la directiva. No era nada bueno para el futuro del club, por mucho que estatutariamente  o legalmente fuese correcto. Muchas veces las leyes van contra el sentido común o su cumplimiento significa un mal mayor.


Guardiola no hace nada por casualidad. Ni lo hace sin calcular las consecuencias de sus palabras. Seguramente utilizando el argumento, sincero, de la amistad con los directivos y el pesar que le supone verles en esa situación, sabe que lo acordado hace un año y lo demandado por el ínclito señor Pla, supone que en el futuro se malvende el patrimonio deportivo del club para no tener que avalar y cumplir con balances positivos.


Convendría saber quién está detrás del señor Pla. Seguro que él solo no va. Y cuando se descubra quien es, decirlo bien alto. Esos, los que apoyan al señor Pla y que están en la sombra, les importan otras cosas que el bien del Barça, por mucho que a cara descubierta quieran hacer creer lo contrario.


No sabéis que daños nos hacemos nosotros mismos!!!


The Digital Garden.



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