diumenge, 1 de febrer del 2009

RACING DE SANTANDER 1- FC BARCELONA 2




Así anotó Messi el gol 5000 del Barça


El partido que se suponía que iba a ser una fiesta más para los amantes de la estadística y la numerología empezó pronto a pintar bastos y a punto estuvo de suponer el segundo tropiezo de los de Pep en la Liga. Guardiola empezó el encuentro con sorpresa, enviando a Messi al banquillo y seguramente pensando en el trascendental partido de semifinales de Copa que enfrentará a los azulgranas con el Mallorca el miércoles. El lugar del argentino en la banda derecha lo ocupó en un principio Iniesta, una demarcación que el de Fuentealbilla no cataba desde los tiempos de Rijkaard. Además, la ausencia por lesión del capitán Puyol se vio compensada por la recuperación a última hora de Marquez, que formó pareja de centrales en la zaga con Pique. 


Los primeros diez minutos se ajustaron al guión de siempre: brutal porcentaje de posesión del Barça. Sin embargo, no todos los días se juega ante el Atlético de Madrid en el Camp Nou y te emborrachas de goles casi sin salir del vestuario. El primero en pegar, en el minuto 11, fue el Racing de Santander. Pereira se interna en el área ante la pasividad de Alves y el gallego obliga a Valdés a irse al suelo a una mano. El balón rebotado pegó en el palo y Abidal consiguió despejar cuando un racinguista se disponía a rematar a placer. 


El Barça continuó con su infructuosa aunque mareante posesión, pero con una marcha menos que otros días. El Racing ya tenía el partido donde había soñado durante toda la semana: se sabía bien posicionado en el campo y no tenía más que esperar con paciencia a que un Barça confiado siguiera regalando algunos contraataques. Así se cayó ante el Numancia y así se empató con el Racing en la primera vuelta. Y la vida sigue igual: campo pequeño, equipo teóricamente inferior agazapado y el Barça fluido pero estéril. 


El primer disparo azulgrana con cierta intención no llegó hasta el minuto 20, en una falta botada por Alves que sale desviada por encima de Toño. Sin peligro. El Racing se da cuenta en ese momento que el Barça está nadando muy bien pero que no guarda la ropa. Empieza a cargar más el juego por la banda de Pereira, huérfana hoy de Serrano. Fruto de esta insistencia empieza un nuevo espectáculo: la “gran” actuación del clown Fernández Borbalán. Una pelota despejada con claridad a córner por los azulgrana es convertida por el colegiado en un saque de puerta. Munitis protesta tímidamente y se lleva la primera amarilla del partido. Y ahí despertó la afición santanderina, lo único que le faltaba a los locales para enchufarse definitivamente. 


Se rayaba la primera media hora de juego cuando en el saque de una falta lateral sobre el área de Valdés Busquets agarra dentro del área al gigantón Zigic. Fernández Borbalán, que nada de nada. La grada estalla en abucheos, pitos y gritos, convirtiendo una injusticia en un acicate más para la casta de los suyos. Casta mal entendida por Oriol, que aprovecha esos momentos de confusión para pasar junto a Touré y tirarse al suelo para fingir una agresión inexistente. Se forma una tangana en la que hay algún leve empujón y que el nefasto trencilla decide cortar de la forma menos salomónica posible: tarjetas para Touré y Piqué, ninguna para el Racing, que había empujado tanto como el Barça. 


El juego del Racing siguió subiendo por momentos, mientras que el Barça parecía un tanto despistado en la última fase de la primera parte. Fruto de esto llegó un remate de cabeza de Zigic que salió lamiendo el poste izquierdo de un Valdés convertido en estatua.  La primera parte termina con el primer corner a favor del Barça, botado sin consecuencias. En tres cuartos de hora, un córner a favor del Barça, un 70% de posesión y la sensación de que los blaugrana se iban al vestuario perplejos, como diciendo: “Pues igual vamos a tener que trabajar en serio”. El protagonismo, sin embargo, se lo estaba llevando un Fernández Borbalán que estaba haciendo trizas la paciencia de ambos equipos


Mientras hacíamos cábalas para saber cuánto iba a tardar Pep en dar entrada a Leo Messi I “El Salvador”, comenzó la segunda parte sin cambios ni en la alineación ni en la tensión de los azulgrana: primer minuto, primer córner de la segunda parte para el Racing. Es en ese momento cuando nos damos cuenta de que Márquez, aunque peleón y voluntarioso, quizá no estaba para jugar todavía. Estaba llegando un poco más tarde de lo aconsejable a los cortes, y su prodigioso desplazamiento de balón en largo no encontraba a los delanteros. 


Cuando todo el mundo empezaba a olvidarse del posible acontecimiento histórico del gol 5.000 del Barça en Liga, se produjo otro no menos relevante: en el minuto 9 Márquez comete falta en el área sobre Pereira en otro despiste del mexicano y el equipo recibe el primer penalti en contra del campeonato. Márquez se lleva una amarilla con lunares naranjas y Zigic engaña a Valdés lanzando a la izquierda y engañando a Valdés. 1-0 en contra, y tampoco se podía decir que el resultado era injusto. Guardiola no espera más. Messi calienta en la banda 5 minutos y sale al campo en sustitución de Busquets. Iniesta, por tanto, retrasó entonces su posición.  


Es increíble lo que la mera presencia del argentino es capaz de provocar en los contrarios. La grada dejó la celebración y comenzó a comerse las uñas, la banda izquierda del ataque racinguista dejó de intentar sumarse al ataque para apoyar las eléctricas internadas de Pereira y los propios jugadores del Barça parecieron cambiar hasta el gesto. “Mess(i), we can!”, parecían mascullar entre dientes. 


Con toda la defensa del Racing pendiente de la banda de Messi para defenderlo de manera escalonada, empezaron a crearse espacios por la otra ala que trató de aprovechar Henry. Tras su primer regate exitoso de todo el partido, el francés metió en el minuto 64 un balón para la cabeza de un Xavi que apareció por sorpresa en el primer palo. El esférico se estrella en el larguero, Messi recoge el rechace y marca a placer entre una nube de jugadores de ambos equipos. Con el argentino, aquello era otra cosa. Cinco minutos llevaba en el campo y el partido ya estaba empatado. Los resultados del experimento “Iniesta en la derecha” habían quedado claros en un abrir y cerrar los ojos. 


Se sobrepasaba la media hora de juego de la segunda parte cuando Alves recibió un claro penalti que el colegiado transmutó, con la piedra filosofal de sus tarjetas, en amarilla para el brasileño. Lo mismo que una injusticia en el primer tiempo supuso un subidón de coraje para los locales, una idiotez arbitral muy al estilo Pérez Burrul hizo que el Barça se enfadara. Tocó y tocó, esta vez con rapidez y sentido, y en un momento llegó el gol 5.000 del Barça en la Liga. Balón que se lleva con el pecho nuestro barrilete cósmico particular, entrada y penalti que recibe, el argentino se recompone, arma la pierna y cruza el balón haciendo inútil la estirada de Toño. Una vez más, el Barça remontaba un partido que se le había puesto muy cuesta arriba. 


Pep decide entonces que no todos los días son fiesta y que hay que amarrar el resultado como sea. En el minuto 85 sale Eto’o y entra Gudjohnsen para dar más consistencia al centro del campo. Tres minutos más tarde, sin embargo, llega la segunda amarilla de Márquez de modo esperpéntico. El colegiado pita la falta, se acerca nada más que para señalar la posición del balón y entonces, ante la bronca del respetable, le saca la segunda amarilla al mexicano cuando estaba claro que no pensaba hacerlo. Queremos matizar que la expulsión es del todo merecida, pero quede claro que el árbitro estuvo horrible hasta cuando acertó. No se puede consentir que a un profesional del arbitraje le intimide el público de semejante forma.  Entra entonces Cáceres para jugar los últimos minutos en sustitución de Iniesta, y a resistir como numantinos. 


Aún quedaban un par de jugadas reseñables: una gran jugada de Alves que desbarata Toño en el minuto 90, y la segunda expulsión para el Barça, esta vez para Piqué. De nuevo se hizo patente que es el público el que coge la tarjeta del bolsillo del colegiado. 20 segundos después finaliza el partido, pero Fernández Borbalán ya ha influido decisivamente en el próximo encuentro del Barça, en el que no estarán Puyol por lesión, Márquez y Piqué por las expulsiones ni Alves por cumplir ciclo de amarillas. Cáceres, Abidal, Sylvinho y lo que se pueda sacar de la cantera es el arsenal defensivo del Barça para el partido ante el Sporting. 


En resumen, un partido para recordar y para olvidar. Para recordar una nueva remontada, la novena victoria consecutiva como visitantes y el gol 5.000 marcado por un Messi destinado a escribir las mejores páginas de la historia blaugrana desde Kubala, con el añadido de que el argentino consiguió el doblete con la pierna derecha. Para olvidar, el amigo Borbalán, un tipo apoquinado e influenciable, que es uno de los responsables de que la Liga española no esté entre las tres mejores del mundo.  


¡No sabéis cuánto queremos a Messi! (Bueno, sí: 5.000 veces más que a los demás)


BY CHUS!!!


Foto: sport.es


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