dilluns, 11 de juny del 2012

Final ACB. Real Madrid - F.C.Barcelona : Impotencia en la máxima expresión




En el minuto 35 del primer partido, el 90% de los aficionados del Palau veían un 0 a 3 en la Final.  Tras jugarse dos partidos más, no les faltaba razón. El Barça está a años luz del nivel necesario para jugar una competición sería. Y es la tercera vez que le pasa este año, en las tres finales que ha jugado no ha estado a la altura. Hoy los 26 puntos de diferencia del final lo dicen todo.


 


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Ni el concierto de pito de los árbitros, ni el desastroso segundo cuarto del Barça pudieron deslucir el vendaval de juego y baloncesto del equipo de Pablo Laso en los dos primeros cuartos, en los que consiguieron una renta de 14 puntos, después de permitir solo 2 canastas al Barça en el segundo cuarto.


Y eso que parecían entonados los de Pascual al inicio. Pudieron mantener el ritmo del Madrid 10 minutos. Ahí, las canastas se sucedían a un ritmo vertiginoso, solo interrumpido por el sonido del pitido arbitral. Cualquier contacto era falta y ralentizaba el juego, con continuos parones y los consecuentes tiros libres.


Primero Carroll y después Reyes, fueron destrozando poco a poco al Barça. Pero no fue la defensa la principal lacra del Barça. El rebote, cogió 17 menos que el Madrid en los primeros 20 minutos, y un penoso ataque hacían del Barça un equipo pequeño, pequeño, impropio de una final de la ACB.


Está vez no se fallaban tiros fáciles. Sencillamente no se conseguían con la circulación, eso en el mejor de los casos, ya que muchas veces se perdía en balón sin posibilidad de iniciar jugada, ya que la defensa agresiva blanca, que atacaba todas las líneas de pase muy arriba, privaba al Barça de la posibilidad de hincar jugada.


El 46 a 32 era fiel reflejo de lo que se veía en la cancha. Ni el orgullo de Navarro, ni los tiros libres, ni la casta de Pete. En el Barça nada ni nadie  era capaz de emerger y tirar de un grupo que parecía muerto. Solo quedaba la carta de la épica y está pareció agotarse en el primer partido.


En el tercer cuarto las dificultades para anotar del Barça no desaparecieron. El Madrid comenzó a jugar con rentas cercanas a los 20 puntos. No le hacía falta tener un gran acierto, ni una gran defensa. Con lo mínimo imponía el ritmo que más le convenía en todo momento.


Por si fuera poca la impotencia y desesperación culé, Pete cometió una acción vergonzosa para un profesional agrediendo a Suarez en una discusión. No fue sancionado como descalificante, pero en esa acción el partido terminó. El Barça no se reconocía en ningún aspecto del juego.


Solo el ansia del Madrid en machacar a su rival, que le hizo olvidarse del camino que le había llevado a conseguir la renta evitó una debacle mayor para los de Pascual. Que desde el minuto 10 al 30, solo anotó 4 canastas, mientras su rival no frenaba el ritmo anotador.


El encuentro ya no tuvo más historia. Pascual dio aire a las piernas más cansadas de su equipo de cara al cuarto partido y dio minutos a aquellos que necesitan recuperar sensaciones. Solo los primeros consiguieron el objetivo, ya que ni el marcador se logró maquillar, ya que el 85 a 59 del final no deja lugar a dudas.


No sabéis que destrozados estamos!!!


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