dimarts, 5 de juny del 2012

La final deseada por todos.




5 años después, el Barça  y el Madrid se enfrentarán en la Finalísima de la ACB.  En el momento en que el baloncesto estaba teniendo cada vez menos peso en los medios, el deporte de la canasta debe estar contento porque la atención que no vaya a la Eurocopa y Nadal, se centrará en la final.


 


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Ambos equipos llegan con sensaciones diferentes. El Madrid eufórico, después de haber salvado el cuello en Vitoria. Y lo ha hecho con armas a las que no nos tenía acostumbrados. Con partidos por debajo de los 80 puntos, con defensa intensa e intimidante por momentos, sin perder mucha de la chispa ofensiva que les ha hecho ser uno de los equipos más atractivos de ver.


El Barça por el contrario llega lleno de dudas. Dudas sobre el estado físico de Navarro, incapaz de jugar más de 20 minutos por partido. Dudas sobre la forma de jugadores claves como Lorbek o Eidson. Dudas sobre el papel de sus bases en los momentos decisivos. Dudas sobre la capacidad mental de sobreponerse a las malas rachas y partidos.


Con todo, la eliminatoria nos parece mucho más equilibrada de lo que pudieran indicar las evoluciones de los conjuntos. El Barça a pesar de no haber dado la talla en los momentos claves de lo que llevamos de temporada, siempre ha tenido opciones de ganar esos partidos obligando a sacar lo mejor del rival para ser vencido.


Sucedió en la Copa, donde de no ser por un excepcional encuentro del Madrid, la Copa hubiese tenido un distinto vencedor. Y en la Final Four, realizando un pésimo encuentro en global, se llegó al último minuto con opciones. Esto nos hace ver que el gen competitivo del equipo es el óptimo, aunque tenga muchísimas lagunas en el juego.


Línea por línea, el Barça solo parece superior en el juego interior. El Madrid en el perímetro y en los bases hay equilibro, ya que los bases de ambos equipos son jugadores de rachas y momentos de inspiración en los que pueden decantar el partido hacía un lado u otro tanto en lo bueno como en lo malo.


En el perímetro el Madrid parte con ventaja sobre el Barça. Carroll está a unible que ningún otro jugador culé llega, teniendo en cuenta que Navarro juega mermado. Pocius y Singler han asumido perfectamente su papel y han dado el plus defensivo que necesitaba su equipo. Además, Suárez le tiene cogida la medida a Pete, que no puedo con el físico del madridista cuando juega cerca del aro.


En la pintura el Barça debe imponer su mayor rotación y versitalidad. Aunque para ello, necesitará del Lorbek anterior a la Final Fou. Sino, nada de lo que digamos servirá. El esloveno es imparable ya que su capacidad de jugar abierto o de espaldas al aro le hace mortal, generando espacios al resto de pivots.


N’Dong, Vázquez y Wallace llegan perfectamente a la cita. Los dos primeros han tomado el relevo de Lorbek en ataque y Wallace cada vez más aporta intangibles en defensa. Su intensidad puede ser decisiva a la hora de parar a los 4 blancos, ya que por su constitución física es quien mejor los puede parar.


Es la sexta final del Barça consecutiva. Pero de perderla habrá ganado los mismos títulos que el Madrid en esos años. Como siempre, la botella puede verse medio llena o medio vacía. Preferimos no tener que discutir en como vemos la botella, ya que deseamos que dentro de 15 días, todos veamos la botella completamente llena.


No sabéis cuánto nos jugamos en la Final!!!


The Digital Garden.



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