La espléndida Final de Copa que jugó el Barça contra el Athlétic Club que le permitió ganar su título número 26 de la competición puede verse como el cierre del círculo de la era Guardiola o el inicio de una nueva etapa en el club. Sea como sea, la forma en que el Barça ganó el cuarto título del año es para recordar.
El que ha sido el último partido de la primera etapa de Guardiola como entrenador será recordado como uno de los mejores que han disputado sus chicos. Si no durante los 90 minutos, sí durante una media hora celestial, en el Barça salió como si fuese la primera final en 4 años, en lugar de ser la undécima en 4 temporadas.
Tanto es así, que fue la primera final en la que el Barça no salió con empanada mental en los primeros 10 minutos. De hecho, en el segundo 30 estuvo a punto de marcar el primero. Que no tardo mucho más en llegar, ya que Pedro a los 2 minutos adelantaría al Barça en el marcador.
Después sería Messi, quien hiciese el segundo, para más tarde volviese a marcar Pedro el tercero y último de la noche. Habían pasado tan solo 25 minutos, suficiente para que el Barça hubiese generado hasta 7 ocasiones claras de gol y tuviese un porcentaje de posesión de balón sonrojante.
No es que el Athletic lo regale. Es que las marcas individuales que encargó Bielsa a sus hombres por todo el campo fue un rotundísimo fracaso. Para tener éxito esa propuesta se deben ganar al menos un 70% de duelos individuales, ya que cada vez que un jugador tuyo es desbordado se crea una superioridad difícil de corregir de forma colectiva.
El Barça ganó todos los duelos. Todos. Hacía tiempo que no se veía a los jugadores del Barça un esa chispa. Una velocidad endiablada, una intensidad máxima que les permitía presionar al portero en su área. Así, cada pase vertical suponía que Xavi, Iniesta o Messi recibiesen sin defensor delante y creando superioridad numérica en el ataque.
Tras esa borrachera de fútbol, en el que cabe destacar que Montoya no desentonó para nada y con el nivel ofrecido por sus compañeros es un cumplido inmenso, el partido se terminó. El Ath. Club pudo adecentar el marcador con 3 ocasiones claras, pero lo que de verdad pudo pasar es que Messi dibujase un gol nunca visto.
La jugada fue de otro planeta. Difícil de describirla con palabras, sin la ayuda de las imágenes. Recibió en el círculo central del campo, con un jugador enganchado a su espalda y mirando a Pinto. Desde ahí dibujo un slalom vertical hacía Gorka, dejando atrás defensores que le tiraron patadas y agarrones sin éxito. Solo Gorka con una sensacional parada evitó que ese gol diese la vuelta al mundo.
Fue un guiño. Porque de entrar ese gol, el último partido de Guardiola, el último título conseguido, los 14 de 19 títulos ganados hubieran quedado en segundo plano. Todo siguió en su orden. Leo sigue teniendo el reto de mejorar su mejor obra y Guardiola se va siendo el protagonista de todas las portadas. Algo que junto a Leo, llevan haciendo en los últimos 4 maravillosos años. Como dijo Pep, lo de ayer es un punto y seguido. El cierre del círculo perfecto.
No sabéis como disfrutamos anoche!!!
The Digital Garden.
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