dijous, 10 de maig del 2012

Final Four 2012. Pendientes de Navarro.




Cuatro clásicos del baloncesto se juegan en Estambul el reinado europeo. Con la excepción del Olympiakos, que a inicios de año nadie se esperaba que estuviese en la Final Four, el resto han cumplido los pronósticos llegando a Turquía. Y como al inicio de año, el CSKA es el claro favorito para todos.


Lo es por su fantástica plantilla. No es como dicen muchos la mejor plantilla desde la Yugoplastica de Kukoc,  ya que la Kinder de Messina, el Maccabi de Saras, el Barça de Bodiroga se las puede comparar a está. Pero sí que sucede como sucedía con esos equipos, hay una gran diferencia entre el resto y ellos.


 



 


Pero lo que nos interesa es el Barça, que hasta ayer presumía de llegar sin ningún problema físico en su roster y que a 24 horas para la final tiene la duda de N’Dong, con infección gástrica, y sobretodo de Navarro, que se ha resentido de sus eternos problemas de fascitis plantar, que le impedirán estar en perfectas condiciones para el choque contra el Olympiakos.


El Navarro del último mes invitaba a soñar a cualquier barcelonista. La mejora del juego colectivo era evidente. El equipo parecía correr más, tener un mayor equilibrio entre el juego interior y exterior y con el punto diferencial que supone tener en tu equipo a un jugador como Navarro que marca las diferencias.


Con la estrella renqueante, la responsabilidad recaerá toda en Lorbek y en Pete. El primero es una baza segura. El jugador más regular del equipo, debe ser la referencia en la pintura en ataque, para que a través de él, se generen los espacios suficientes para que los hombres exteriores puedan tirar cómodos.


Y es ahí donde Pete debe aparecer. Cada partido es mejor que el anterior. Su nivel se acerca al de hace 2 años. Tira del equipo cuando peor está y cuando la cosa va bien aporta silenciosamente, uniendo los hilos invisibles del juego culé. Si los puntos de Navarro no aparecen, Pete tendrá que sostener al equipo e intentar que Eidson juegue al mismo nivel que exhibió el año pasado en la Final Four de Barcelona, en la que en los dos partidos fue un martillo desde el perímetro.


En contra de lo que ha sido toda la vida el Olympiakos, este año el conjunto griego funciona mejor que nunca como colectivo. Han dejado los egos pasados y han confeccionado un bloque sólido en el que solo Spanoulis tiene el rol de estrella. Es el único que juega algo más de 30 minutos. El resto de jugadores ronda los 20, haciendo que la intensidad del equipo en pista sea la máxima siempre.


Es un equipo capaz de jugar a campo abierto sin problemas. Sus pívots juegan de cara a canasta y lejos de la pintura. Antic si tiene el día es una metralleta desde la línea exterior y Dorsey por  intensidad puede poner en problemas a Lorbek. Es un equipo que ha jugado varios partidos con la presión de quedar eliminados y se han salvado. Ahora, no tienen presión y si están inspirados pueden amargar a cualquiera, como ya hicieron con el Montepaschi.


Veremos en que estado llega N’Dong, quien por su físico se hacía determinante ante los hombres altos del Olympiakos. Perovic quedaría como el único center claro y está lejos de su mejor forma. Ver a Lorbek de 5 sería un problema para Xavi Pascual, que a pesar de la importancia de Navarro en el equipo, ahí hay más opciones de recambio en le perímetro.


A pesar de lo que se ha dicho, no es la primera vez que el Barça llega sin ser  favorito. No lo era en Salónica 00, ni en Praga 06 ni en Berlin 09. El problema es que entonces no había un superfavorito como lo hay ahora. Aunque como se han encargado de repetir los jugadores y técnicos culés, el CSKA ha perdido una vez más que el Barça en toda la Euroliga. Por optimismo no será.


No sabéis como nos gusta estar en la Final Four!!!


The Digital Garden.



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