diumenge, 23 de maig del 2010

NO ME DEFIENDAS, COMPADRE




 

 

Hace ya una semana que el Barça se coronó campeón de una liga particularmente ardua, estableciendo el récord histórico de puntos obtenidos y partidos ganados y sumando además los logros individuales del Pichichi de Messi y el Zamora de Valdés; consiguiendo así no dejar nada para celebrar a nadie más, excepción hecha de la afición sevillista y colchonera, las únicas en España aparte de la culé que celebró algo propio al ganar sus equipos la Copa del Rey y la UEFA.

A la alegría futbolera hay que agregar los logros obtenidos por las secciones polideportivas del club, y así encontraremos la razón por la que la culerada en estos días está que no se cambia por nadie.

Sin embargo, el mundo del fútbol es una vorágine imparable, que apenas en una semana ya nos ha llenado la vida de acontecimientos para hacer que el título liguero número 20 vaya quedando atrás, saliendo de la actualidad e ingresando a las páginas gloriosas de la historia de nuestro club. Por esto, hemos querido traer a colación un tema originado en la celebración misma del campeonato por parte del equipo y la afición culés en el Camp Nou, y que más para bien que para mal, pronto caerá en el olvido, dada su intrascendencia.

Este tema es la supuesta “defensa” de los culés de fuera de Catalunya que pretenden hacer varios periodistas desde Madrid y sin tener el más mínimo sentimiento culé, a propósito del empleo del idioma catalán por parte de varios miembros del equipo blaugrana durante sus pequeños discursos de celebración.

De entrada, está claro que los medios y espacios de orientación merengue , o no..., no son aceptados como portavoces por los culés de ninguna parte. Gente que pasa todo el año, por no decir toda la vida, vendiendo la mentira de que nuestro Barça, en contubernio con los árbitros y el presidente de la R.F.E.F., se roba los partidos y perjudica ilegalmente a sus rivales directos, no puede conseguir que compremos esta otra mentira de que cuando Guardiola o Puyol se ponen al micrófono y hablan en catalán, lo hacen para que los no catalanes no les entendamos y veamos así que no nos toman en cuenta.

No somos tontos los culés, y sabemos que la indignación de esos contertulios merengones., o no..., se origina realmente en el desprecio, basado en la ignorancia y los prejuicios, que éstos sienten por todo lo catalán, y para nada en un sentimiento de solidaridad hacia quienes vivimos en otros lugares de la geografía española y mundial.

Y en segundo término, siendo lo más importante, deberían saber esos “comunicadores” anti- culés, que para los aficionados blaugranas de fuera de Catalunya, en la celebración del vigésimo título no hubo ninguna afrenta hacia nosotros. Todo lo contrario, por supuesto, ya que la alegría de los culés en esos momentos fue una sola, sin distinción de origen, y que unos hablaran en catalán nos pareció tan normal como que otros hablaran en castellano con marcado acento extranjero: rioplatense, brasileño, francés, ucraniano, etcétera.

Porque para nosotros, los culés de fuera de Catalunya, la identidad catalana del Barça, de la que el empleo frecuente del idioma catalán por sus jugadores, técnicos y dirigentes forma parte, nos es tan natural y familiar que no sólo la aceptamos, sino que gracias a la misma identificación con nuestro club, nos identificamos también con ella.

Muchos de los culés no catalanes empezamos con esto de ser hinchas blaugranas igual que los nacidos en Barcelona y Catalunya: desde niños. Desde mucho antes de comprender y asimilar conceptos como los de nacionalidad, origen, raza, idioma, y todos esos que originan la diversidad entre los seres humanos, ya sentíamos amplias simpatías por el equipo del uniforme azul y grana, que andando el tiempo se fueron consolidando en una verdadera pasión.

Conforme fueron pasando los años, la vida nos fue enseñando esos conceptos; y así, de a poco o de un solo golpe, llegamos a descubrir esa identidad catalana del club que ya considerábamos totalmente nuestro. Para cuando entendimos que Barcelona era una ciudad lejana a donde vivíamos, con gente distinta a nosotros por su idioma, sus costumbres y la historia de su tierra, ya teníamos al club integrado en nuestras almas para siempre y gracias a ello, todo eso que nos diferenciaba no significaba ninguna barrera para nuestro sentimiento culé. Todo lo contrario: A través del Barça, Catalunya entró en nuestras vidas de manera natural.

No todos hemos tenido la suerte de interactuar lo suficiente con la gente catalana, y por lo tanto, entre los culés de fuera de Catalunya, la mayoría desconocemos en gran medida la forma deser de los catalanes, sus costumbres, idioma e historia. Así que muchos no podemos sentir por estas cosas el mismo aprecio y orgullo que sienten ustedes, catalanes. Sin embargo, gracias al Barça y a una mentalidad abierta y sana, las comprendemos, aceptamos que forman parte del club, de sus orígenes, de su historia, de su presente y su futuro; y poco a poco, las vamos apreciando en su justa medida.

Y gracias a esa comprensión y aceptación que tenemos de que el Barça es catalán tanto como universal, en la medida que su origen y esencia está en Catalunya y la afición que lo sigue con pasión está en todos los rincones del mundo, no nos embauca gente que pretende que le demos la espalda al club de nuestros amores y a nuestros ídolos futboleros por que en el momento en que estábamos todos, los de fuera y los de dentro, celebrando la victoria, los que son primero catalanes y después culés se expresaron en su idioma natural, ya que los que somos culés y no tenemos nada de catalán, los entendemos perfectamente, porque sus palabras nos las traduce el corazón.

Soy culé de fuera de Catalunya, y cuando uno de dentro me habla en catalán o enarbola una senyera, no necesito que alguien que no es culé y que me desprecia por serlo me venga a “defender”, porque cuando gritamos un gol de Messi o aplaudimos una parada de Valdés, el culé de fuera y el culé de dentro somos uno solo, unidos en nuestra diversidad por la pasión que sentimos por el Fútbol Club Barcelona. Y no sabéis cuán poco nos importa que haya gente que esto no lo comprenda ni lo acepte.

¡Visca el Barça i visca Catalunya!

 

R.I.P. @ The Digital Garden.



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