Nunca un pronóstico previo a una eliminatoria fue tan certero. Igualadísima decían todos. Vaya sí lo es. Todos los encuentros han llegado por decidirse en la última posesión. Dos veces se han decantado para los griegos, que tendrán un match ball en el próximo encuentro en el OAKA, donde más de 2000 personas crean una atmósfera única.
A pesar del cálido ambiente reinante en el OAKA, el Barça salió frío al encuentro, recibiendo 11 puntos en tan solo tres minutos y medio, con una defensa que era incapaz de leer las penetraciones de los jugadores del perímetro griego. Pero a partir de ahí, y a pesar del desacierto ofensivo, el Barça mejoró.
Lo hizo a través de la defensa. Una defensa que cambiaba continuamente de zona a hombre y que solo permitió 5 puntos en el resto de cuarto. Sólo los bajos porcentajes desde la línea de 3 en posiciones cómodas hicieron que no se fuese arriba en el marcador, terminando el primer cuarto a 3 puntos de diferencia.
Los guarisimos continuaron bajos, con un Barça que se puso por delante en algunos momentos, en los que Diamantidis era incapaz de encontrar el agujero a la defensa zonal que estaba planteando Pascual. En el momento que Fotsis pudo tirar sin oposición, volvió a retomar el mando en el marcador.
La igualdad continuaba como en los anteriores choques. Pero esta vez sin la máxima estrella en pista. Navarro pasó más de la mitad del tiempo en el banco, y el tiempo que estaba en el parquet era incapaz de ganar la posición para tirar a canasta, ya que la defensa hacía él siempre era al hombre y presionante en toda pista, llegando incluso al 2 contra uno.
Sin el referente en ataque, y con unos bajísimos % en los tiros libres, el PAO volvió a recuperar los 7 puntos de ventaja en el marcador cuando se acercaba el final del segundo cuarto, que tan solo fueron 4 al descanso, gracias al acierto de Lakovic en un par de ataques y la buena defensa general del equipo culé.
En el inicio del tercer cuarto el Barça logró ponerse por delante en el marcador, con tres triples consecutivos, dos de Ricky y uno de Anderson, pero era incapaz de contener a Batiste en la pintura. La fortaleza del pívot hizo que el perímetro griego tuviese más espacio y mantuviese a su equipo por arriba.
El encuentro entró en un intercambio de golpes, donde los ataques superaban a las defensas. Solo Ricky anotaba por los de Pascual, haciendo más fácil la defensa griega que veía como los hombres clave del rival eran incapaces de ver canasta y de crear algo de juego.
Pudó romperse el encuentro en una discutida técnica a Navarro en defensa, por exagerar un contacto con Diamantidis. Pero al contrario que en el segundo partido, el Barça no se fue mentalmente del parket, llegando al último cuarto con 6 puntos de desventaja.
Se podía pensar que la situación era crítica, pero con menos del 50% en tiros libres era el mal menor. Más si cabe cuando el marcador reflejaba 61 a 63, después de que el acierto exterior voltease el marcador. Pero fue puro espejismo.
Los tiros estaban menos trabajados que en la primera mitad, y cuando la pelota no entró el PAO volvió a distanciarse en el marcador, ya de forma definitiva, aunque el partido volviese a decidirse en los últimos segundos.
Ahí de nueva una jugada inexplicable. Donde después de mover bien la pelota y poder encontrar una posición cómoda de tres, que era la distancia en el marcador, el Anderson decidió tirar de dos y alargar la agonía del equipo, que veía como de nuevo perdía ante el equipo griego.
Mucho tiene que mejorar el Barça para ganar. Lleva tres partidos sin cerrar el rebote defensivo, está jugando siempre con un acierto tristísimo en tiros libres, y sin que Navarro asuma el liderazgo ofensivo. Si quiere revalidad el campeonato en el Sant Jordi deberá ajustar estos aspectos.
No sabéis lo que queda por sufrir!!!
The Digital Garden
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada