dijous, 31 de març del 2011

Fin de un sueño pero no de un ciclo.




El Barça no asistirá a la Final Four del Sant Jordi, después de perder en su peor partido de la eliminatoria y quizá en mucho tiempo en el OAKA. No pudo en ningún momento contra las armas griegas, ni con la tensión y nervios de muchos de sus jugadores. Una pena, no poder defender el trono europeo en tu propia casa. Pero la eliminación es justísima.

 Panathinaikos-Regal Barça

 

Mal todo el equipo. Desde Pascual, tanto con sus declaraciones victimistas e impropias de un club como el Barça como por su incomprensible rotación en el partido de hoy; hasta Navarro, desquiciado por completo, más preocupado por exigir el respeto que se deja cada partido con sus protestas absurdas que de tirar del carro; pasando por la intendencia, que se ha visto superada por la eliminatoria.

 

Ni con Diamantidis en el banco con 2 personales desde el minuto 3, ni con Nicholas en el banco por lesión desde el minuto 2, ni con un Batiste inédito el primer cuarto, ni con un bajísimo porcentaje de tiro, pudo el Barça irse en el marcador en los primeros 10 minutos. No solo eso, sino que lo terminó perdiendo.

 

Sólo Ricky Rubio era capaz de leer la defensa y hacer jugar al equipo. Pero ni con esas; las manos blandas de N’Dong, la debilidad con la que jugaron Morris y Vázquez y el desquiciamiento de Navarro imposibilitaron que el Barça aprovechase todas las circunstancias positivas que transcurrían en el partido.

 

En la reanudación, el Barça cambió la imagen por completo. Con un perímetro formado por Lakovic, Ricky y Grimau, el Barça encontró la circulación de balón rápida y a Vázquez como referencia anotadora, tanto por dentro como desde 5 metros. Así dio la vuelta al marcador, anotando en 5 minutos los mismos puntos que en todo el primer cuarto, 12.

 

Pero en una decisión extrañísima de Pascual, cambiando a casi la totalidad del cinco que hizo unos muy buenos minutos, el Barça perdió la dinámica positiva, entró Diamantidis, y los locales se volvieron a poner por delante en el marcador y a llevar la iniciativa en el juego, reencontrándose con Batiste en la pintura.

 

El Barça sin Ricky en pista era incapaz de entrelazar tres ataques seguidos con cierto sentido. Así fue como se llegó al descanso tan solo 1 punto abajo, después de que apareciese Navarro en la serie, con 7 puntos seguidos, que silenciaron por momentos al OAKA, escenario magnífico y que en sus pocos años de vida está convirtiéndose en una cancha de leyenda.

 

Nada cambió en el inicio del tercer cuarto. Cada vez que el Barça se ponía por delante, el equipo local lograba de inmediato rehacerse para volver a comandar el marcador. Lorbek tiró del equipo para los azulgrana, castigando por dentro por primera vez en la eliminatoria, aprovechando que Batiste descansaba. En el Panathinaikos, era Buyukas quien tomaba el protagonismo, imponiendo su peso en la pintura.

 

Batiste entró por él para relevarlo y ahí acabó el partido. A la mínima adversidad, el Barça fue incapaz de aguantar mentalmente el encuentro y bajó los brazos inconscientemente. No creían en la victoria a pesar de pelear por ello. Las caras de los jugadores del banquillo era un poema, aún estando a no más de 10 puntos de desventaja y con todo un cuarto por jugarse.

 

Y es que se veían incapaces de contener a Batiste por dentro, y de superar la defensa griega en ataque. A esto último ayudó mucho Pascual, quien no estuvo nada acertado en la dirección del equipo, ya que no dio continuidad a ninguno de los quintetos que parecían poder llevar el ritmo del partido.

 

El último cuarto fue un canto a la desesperación, dejando en mal lugar la imagen del equipo, que deambulaba sin alma por el campo, aunque aún tuvo momentos en los que de haber entrado algún tiro hubiese llevado el encuentro hasta el límite.

 

Se ha perdido contra el rival más potente de Europa después de nosotros. Rival que el año pasado no pasó ni a los Play Off. Por eso no debe caer el barcelonismo en quemarlo todo. Los seguidores del Panathinaikos obligaron a Obadrovic a no dimitir y continuar en el equipo.

 

Ahora recogen los frutos de esa decisión. Esperamos que aquí nadie linche ni a Pascual ni a los jugadores por muy mal que hayan estado en la serie. Nadie está exento de errores. Ni los más grandes. Pero para serlo tendremos que levantarnos, ir todos juntos para ganar la Liga y pedir la revancha el año que viene. ¿Seremos capaces de ello? Veremos.

 

¡¡¡No sabéis que tristes estamos!!!

 

The Digital Garden.



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