dimarts, 22 de març del 2011

Play-off Euroliga: Regal Barça 83 - Panathinaikos 82: Victoria en un partidazo de baloncesto




 El Barça ganó al Panathinaikos en un final emocionantísimo Foto: Joan Monfort

Andrés Montes definía el baloncesto europeo como “ajedrez televisado”. Con esa metáfora reflejaba lo que algunos talibanes de la pizarra estaban haciendo con el deporte. Hoy, con mucha pizarra, pero mucho más talento, se ha podido disfrutar de un partidazo de baloncesto en el que el Barça se ha llevado la victoria por un punto, por haber jugado con 6… El Palau ha sido decisivo.

La igualdad que se preveía antes de la eliminatoria fue el denominador común durante todo el primer cuarto. En los primeros minutos los visitantes cargaron muy bien el rebote ofensivo, alargando sus ataques e impidiendo que el Barça pudiese correr como en él es habitual.

Por su banda, los locales a pesar de su acierto en el tiro no conseguían abrir la defensa de Obradovic, que sorprendió a todos con una zona que acabó de desconcertar al Barça, que no tenía una referencia anotadora clara. Siempre el Barça fue por delante pero nunca abrió brecha, terminando el primer cuarto con empate a 14.

Aunque primero el Panathinaikos y después el Barça cogiesen en algún momento del segundo cuarto ventajas de 4 puntos, el partido siguió igualado, con ambos equipos imponiéndose donde eran teóricamente más fuertes. Los pívots culés hacían daño en las dos canastas.

Por los griegos, los aleros hacían valer sus centímetros y kilos para imponerse a los bajitos exteriores locales. Sólo Lakovic cogió una buena racha de tiro, pero Navarro y Anderson se vieron imposibilitados para encontrar el aro, mientras veían cómo Nicholas mantenía enganchado a su equipo en el partido.

Sin ritmo, con interrupciones continuas por faltas, el juego estaba siendo como le gusta a Obradovic. No cambió la pauta ni con 7 abajo a falta de 1 minuto para acabar la primera mitad. Ahí, aparecieron las dos estrellas griegas, Diamantidis y Nicholas, para dejar el marcador en 37 a 35.

El tercer cuarto tuvo un solo protagonista, Ricky. Lo fue no por su actuación sino por cómo condicionó todo el juego táctico. Obradovic decidió descaradamente flotarle en ataque, cerrando cualquier línea de pase a los otros jugadores y dejándole sólo la opción de tirar o penetrar.

No encontró el acierto en el tiro Ricky, pero sí en la penetración. Dividió la zona, obteniendo como resultado canasta o personal, forzando a los griegos a cambiar la defensa, apareciendo más espacios para Anderson y Navarro. En la otra canasta, Ricky fue incapaz de contener a Diamantidis, quien con su acierto mantuvo a su equipo por encima en el marcador.

Con Lakovic jugando de base, el Panathinaikos volvió a la defensa zonal, pero ya había conseguido su objetivo, mandar en el marcador y hacer notar la presión en los locales. En ese instante salió Maric, quien renqueante forzó dos personales y anotó 4 puntos de tiros libres, estirando la diferencia hasta los 5 puntos a falta de 1:30 para el final del periodo.

Las distancias y el partido no cambiaron hasta que el Palau se enrabietó contra los árbitros. Fueron dos decisiones dudosas para el público, quien encendió el ambiente. Ayudaron a cerrar el aro griego, que sumado a dos triples de Morris y Lakovic pusieron al Barça uno arriba a falta de 7 para el final, obligando a Obradovic a pedir tiempo muerto.

Pero ya dio igual, el partido se le puso cuesta arriba, ya que el Barça comenzó a correr, a anotar con facilidad. Pudo romper y sentenciar el partido, de no ser porque Diamantidis estaba tocado por una varita mágica y Nicholas siguió con su acierto en el tiro.

Así, se llegó al último minuto. Para describir todo lo que sucedió en él necesitaríamos los mismos párrafos que anteceden a éste. Para no aburrir, recurriremos a un gurú de este deporte, Pepu. BA-LON-CES-TO. Sin más. Lo tuvo todo, calidad para grabar, polémica para discutir y emoción para sufrir y disfrutar.

Al final, de forma agónica, el Barça ganó 83 a 82, teniendo Diamantidis un tiro para dar el triunfo a su equipo. Se lo llevó el Barça, que necesitó de la magia del Palau para ganar. Y es que ante el equipo de Obradovic, sólo la mejor versión de los de Pascual podrá llevar al Barça al Sant Jordi. Y no siempre el Palau consigue imposibles.

 

¡¡¡No sabéis como hemos sufrido!!!

 

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