Sí alguien planteó este partido como un examen para los jugadores que no son habituales en las alineaciones de Guardiola, no va a poder hacer otra cosa que suspender a todos, pues la imagen que dio el Barça se pareció mucho a aquello que critica mucho el entorno Cole…O sea, un juego lento, sin movimientos, sin presión y sin magia. La mayor pegada fue quien dio los 3 puntos con el 0 a 2 final.
La primera parte fue para olvidar, y eso que en los primeros 6 minutos apreció Bojan para recordarnos que hubo un momento en el que se atrevía hacer las cosas justos en lo sitios adecuados. Sus acciones no encontraron rematador y ese fue el escasísimo bagaje del Barça en la primera mitad.
A lo sumo, se le puede añadir un pase al huevo de Alves hacía Henry, a poco de terminar la primera mitad que el francés chuto sin fortuna. Ni en los saques de esquina inquietaba el Barça la portería del Xerez, que había poblado el centro del campo con 5 hombres, dejando a Bermejo solo en punta.
Entre eso y el mal estado de juego, Xavi paso inadvertido, Keita no encontraba nunca su sitió y Toure se multiplicaba para sacar la pelota desde atrás, ya que Márquez continuaba teniendo esos problemas de concentración de los que hace más o menos un mes prometió erradicarlos.
Guardiola al descanso tenía muchas soluciones. Aguardaban en el banquillo Messi, Ibra e Iniesta, con lo que, quien más quien menos, podía confiar en que a pesar de la mala imagen de la primera parte el resultado fuese la victoria. Aunque sin tirar de ellos, a los dos minutos de la reanudación el gol ya había llegado.
Fue en una de las pocas subidas de Maxwell, que llegó hasta el fondo para poner un preciso balón a Henry que, desde atrás, la empujo dentro de la portería. Con todo a favor, el juego del Barça decayó aún más, aunque pudiera parecer imposible.
Guardiola retraso a Toure a la defensa, adelantando los lateral para que jugasen en paralelo con Xavi y Keita. No cambio en nada el juego del Barça, que solo creó peligro en dos saques de esquina, siempre rematados por Márquez en el segundo palo.
Ni la entrada de Messi e Ibra por Bojan y Pedro dio algo más de vitalidad al juego culé. De hecho, el Xerez se estiro mucho, tanto que creaba más peligro que los azulgrana. Solo su escasa habilidad en los últimos metros privó de más ocasiones y de molestar más a Valdés, que se empleó a fondo en un chute desde la izquierda de Orellana.
Solo en los minutos de añadido, el Barça creo peligro de verdad, pero cuando ya los locales estaban volcados sobre el área rival para intentar hacer posible la proeza. Messi al palo e Iniesta a puerta vacía desaprovecharon las oportunidades, cosa que no hizo Ibra que con una excelente vaselina supo matar el partido cuando lo que sucedió en Pamplona volaba sobre el ambiente.
En resumen horrible partido del Barça, horrible sin más. Concediendo oportunidades a unos de los peores equipos en ataque de la Liga, no siendo capaces de desbordar a la defensa rival, lentos, sin movilidad e muy imprecisos.
Una imagen que, por desgracia, comienza a ser demasiado habitual. Jugando así es imposible pensar que el Barça se lleve los 3 puntos de Riazor. Pero también es imposible imaginarse al Barça jugar dos partidos con un nivel tan bajo…¿ o no?
No sabéis como nos hemos aburrido hoy.
The Digital Garden
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