Resulta curioso como un equipo capaz de sumar más de 250 goles en partidos oficiales en las dos últimas temporadas, le cueste tantísimo hacerlos en lo que va de curso futbolístico. En un ejercicio de desacierto delante del portero, el Barça ha sufrido para llevarse los tres puntos, ante un Copenhague que sorprendió por su valentía.
Guardiola ha sacado de entrada un 11 novedoso, con 5 teóricos defensas en el campo, y con un dibujo sin extremos, con Vila ocupando todo el frente atacante y Messi e Iniesta justo detrás de ellos con libertad, mientras que de ensanchar el campo se encargaban Alves por derecha y Maxwell y Abidal por izquierda, todos ellos protegidos por Mascherano, que realizó su mejor partido de azulgrana.
Encontró fácil el Barça a Iniesta y Leo y eso causó que las ocasiones fueran llegando sin parar. No fue una avalancha de las de hace antaño, pero si un dominio completo. La primera la tuvo Vila, que envió el balón, y van…La siguiente ya fue gol. Un golazo, Iniesta engaño a la defensa que preveía un pase al hueco y se la dejo a Leo en la frontal. Este con un disparo endiablado puso al Barça en ventaja antes del minuto 15.
El dominio del Barça era salpicado por jugadas peligrosas de los visitantes. Lo hacían siempre sacando la jugada desde atrás, combinando. Lo hacían recorriendo pocos metros pues su defensa estaba siempre adelantadísima. Con todo, su mejor ocasión en la primera mitad llegó tras una contra en que Santin, se paró pensando que era fuera de juego cuando no lo era y estaba solo y a 10 metros del área.
El aviso danés sirvió para que los azulgrana intensificasen el dominio, creando más oportunidades de gol. La más clara, un 4 contra el portero, en el que Piqué cuando tenía todas las opciones para fusilar al portero decidió cederla a Messi, que marcó a placer. El problema es que estaba ligerísimamente adelantado y no subió al marcador.
Con buen juego y mal resultado, el Barça inició la segunda mitad desdibujado. Tuvo el balón, pero siempre en campo propio, ahogado por la presión danesa que adelantó aún más sus líneas, llegando a estar los 10 jugadores de campo en terreno del rival. Ahí, quizá se notó la ausencia de Víctor Valdés, baja por problemas víricos.
Sin capacidad de batir líneas en la salida de balón, cada vez que el Copenhague tenía el balón daba sensación de peligro. Cierto es que solo chutaron una vez a puerta, concretamente al palo, pero las sensaciones eran otras, ya que las llegadas al área eran muchas y solo la enorme capacidad de Piqué y el trabajo de Busquets y Mascherano, sensacional todo el encuentro, evitaron males mayores.
Al final, cuando el Barça pedía la hora, Messi marcó el segundo de la noche, de una forma un poco rara, como su partido. Es tan sumamente bueno que un mal partido es capaz de marcar dos goles, dar otros dos y dejar 3 o 4 detalles para la posteridad. Pero desprende algo que no se le había visto años atrás y que recuerdan al Messi pre-Pep.
Nuevamente, irregular partido del Barça. Buenísima imagen en la primera parte donde los jugadores azulgrana deben aprender que o aprovechan las ocasiones para rematar el partido o alguna vez habrá un susto gordo.
De la segunda imagen todos podemos comprender que en Champions siempre hay equipos que te sorprenden. Antes del encuentro, nadie pensaba que el Copenhague tuviese nivel de primera división, ahora quizá sí que lo veamos. Aunque, la irregularidad del Barça ayude a ello.
No sabéis cuanto nos queda por mejorar!!!
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