Muchos han sido los que han criticado a Guardiola por decir que el Copenhague estaría en la zona noble de la Liga española. Después de haber visto a los daneses 180 minutos, supongo que correrán a escribir que se equivocaron. Pocos equipos le han jugado al Barça como el Copenhague, de tú a tú y ofreciendo una imagen que no la han ofrecido el 80% de la Liga. Hoy el 1 a 1 y el devenir del partido le han dado la razón a Pep.
El inicio de los locales fue espectacular. Muy físico, presionando en la frontal del área la salida de balón del Barça, embotelló a los azulgranas en su campo. Los centrocampistas del Barça no encontraban líneas de pase, obligando a Iniesta a bajar al centro del campo para intentar imponerse en la zona medía y dominar el partido.
Fueron tan físicos los primeros minutos que el árbitro bien pudo expulsar a un hombre de cada equipo. Primero a Bolaños por un codazo a Puyol que lo dejó varios segundos inconsciente sobre el césped. Después fue Valdés, quien en una salida brusca se llevó por delante a N’Doye , quien se quedó tendido sobre e terreno de juego asustando a todo el mundo.
Todo cambio a partir de un palo de Villa antes del minuto 20. Desde ese instante, el Barça encontraba bien las bandas y por dentro a Vila y Messi. No tardaría en llegar el gol culé. Fue un pase largo de Busquets a Keita, que dejó de cabeza a Villa. Éste no controló bien y le llegó el balón a Messi, que no perdonó.
Pero no pudo matar el partido el Barça, que recibió enseguida el empate. A la espalda de Alves, se originó la jugada. El lateral sueco Wendt centraba, Valdés no despejaba bien y dejó el balón muerto a Claudemir que enloquecía a los aficionados locales. Pero no se quedó ahí todo, al minuto Valdés hizo un paradón evitando la remontada danesa.
Una vez pasado el susto, llegaron los mejores minutos culés. Hasta 3 ocasiones claras de gol que bien pudieron sentenciar el partido. Pero en casi todas apareció el portero Wiland que confirmaba todas las buenas sensaciones que había dejado en el Camp Nou, salvando a su equipo.
Tras el descanso, el Copenhague igual que en la primera mitad. Pero esta vez el brío le duro menos. Cuando se le acabó la gasolina, Iniesta tuvo la oportunidad de poner en ventaja a los suyos, después de que un recorte seco en el área le dejase solo ante el portero. El disparo chocó de nuevo con el portero.
A partir de ahí y a pesar de la insistencia en la presión de los daneses, el Barça comenzaba a imponer su juego de posición, haciendo retroceder la defensa local hasta el borde el área propia. Ahí, todo dependía de que los pasadores del Barça encontrasen los huecos para que Villa o Messi intentasen batir a Wiland.
Con la posesión claramente del Barça, el equipo de Guardiola no dejó de sufrir. Bolaños la tuvo en un remate dentro del área de Valdés que salió desviado. Los daneses no renunciaban nunca al ataque y los pocos momentos en que se adueñaban de la pelota atacaban siempre de forma ordenada y valiente.
Tan valiente son los daneses, que en los últimos 20 minutos, le quitaron la pelota al Barça, y a base de fuerza y de balones laterales, obligaron a jugar a los culés más cerca de Valdés de lo que están acostumbrados. Y ahí el Barça sufrió de lo lindo. Para cambiar la dinámica que estaba adquiriendo el partido, Guardiola sacó a Pedro y quitó a Villa.
Pero el paso de los minutos nada cambió. El Barça ya no tenía la pelota y cuando la tuvo no encontraba a Messi por el centro, ni las bandas, ya que Alves estaba más pendiente de parar a Bolaños y a Wendt que de atacar, cosa que limitaba mucho las posibilidades ofensivas de su equipo.
Cuando el empate lo firmaban ambos equipos ya que dejaba la clasificación de ambos equipos a alcance de la mano, Pedrito se sacó un disparo seco desde la izquierda que solo el palo evitó que significase la clasificación como primero del Barça. Algo que tendrá que luchar el Barça en Grecia en el Olímpico de Atenas.
Ya no podrá dar descanso a los titulares Guardiola antes del clásico contra el Madrid. Pero si que podrá cerrar la boca a todos aquellos que le han acusado sin miedo a quedar en ridículo de falto modesto por sus elogios al Copenhague. Hoy un más que digno Barça, no ha podido pasar del empate por el orden, valentía y buen fútbol de éstos.
El día que España dejó la furia por el fútbol y el buen juego lo ganó todo. El día que los Españoles dejemos de mirarnos a ombligo de ver defectos en todo aquello que resulta diferente, igual las cosas nos van un poco mejor. A pesar del empate, hoy la palabra de Guardiola vale un poco más que ayer.
No sabéis como admiramos al Copenhague!!!
The Digital Garden!!!
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