Las imágenes valen más que mil palabras. Por eso, no hay mejor definición del estilo Barça que la jugada del segundo gol, en que la se resume en unos toques, en unas posiciones, en unos pases todo lo que ha hecho grande a este equipo y lo ha convertido en reconocible, y envidiado en el mundo entero.
La victoria y el resultado fueron cómodos, más de media hora en el que el marcador estaba resuelto. Pero durante buena parte de la primera mitad las sensaciones del equipo no fueron las mejores. De hecho, estuvieron lejas de ser buenas. En esos momentos, apareció Valdés, sacando una mano increíble en un mano a mano contra Cisse.
Antes Piqué evidencio no estar pasando por un buen momento de forma con dos acciones que bien pudieron costarle un disgusto a su equipo, y que de repetirse ante equipos de mayor potencial son mortales. No se recuerda a un Piqué fallando en el achique de espacios o mostrar dudas en balones divididos.
Por fortuna, parece que Pedro se ha reencontrado con el gol. Lo ha hecho sin perder nada de todo lo bueno que le estaba acompañado en el inicio de temporada. La suma convierte al canario en un jugador superlativo, de la élite mundial. Aprovechó un pase a lo Xavi de Alves para adelantar a su EQUIPO.
A partir de ahí, el Barça puso la directa y entre el final de la primera y los primeros 20 minutos del inicio de la segunda el Barça creo infinidad de ocasiones. Messi volvió a marcar, en la jugada perfecta y que solo con el Barça de por medio o los mandos de la Play se pueden ver. El tercero lo hizo otra vez Pedro, a pase de Adriano, que se mostró muy activo durante todo el partido, aunque él pondría una de las notas negativas de la noche.
Se lesionó por molestias musculares y volverá a ver interrumpida su adaptación al equipo, así como su participación en las rotaciones, justo cuando Guardiola le había elogiado públicamente por su esfuerzo y entrega en los entrenos. No fue lo único malo del partido. Los aficionados griegos tuvieron que liarla.
Después del tercer gol culé, se dedicaron a tirar petardos y bengalas al terreno de juego, obligando al árbitro a suspender por unos minutos el encuentro y dar a todo el mundo una imagen que, aunque quizá ellos no sean conscientes, hace mucho daño a Grecia. Uno asocia al país heleno con la violencia deportiva.
Plácido partido, victoria fuera de casa cuando más se necesitaba, líderes de grupo, descanso para Xavi y minutos de rodaje para Abidal. Ahora sí, todos a pensar en el clásico, aunque mañana los jugadores tendrán día libre. Ojala el entorno hable de otras cosas que el clásico. Al Barça cuanta menos excitación haya mucho mejor.
No sabéis que importante era la victoria!!!
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