El frío que hacia en Barcelona no ayudó a disfrutar de un buen partido del Barça, quien en la primera parte pudo golear de haber tenido acierto de cara puerta y acierto en el último pase. Aún así, 3 goles y múltiples ocasiones de gol para igualar la racha de 14 victorias de forma consecutivas que logró el Barça de Frank en el 2006.
El Barça necesitó una posesión para marcar el primero de la noche. Tocando y tocando llego a la frontal del área. Ahí, una mágica pared entre Messi y Villa fue remachada sobre la línea de gol por Pedro, quien por quinta jornada consecutiva marca en Liga.
A pesar del gol recibido, el Racing no cambio nada su libro de ruta. Cuando tenía la pelota intentaba jugarla desde atrás. Cuando no la tenía, esperaba al Barça cerca de su área, para cerrarle espacios. Pero cuando el Barça está enchufado aún no se ha descubierto el antídoto.
El segundo gol tardó en llegar. Lo marcó Messi tras un penalti hecho sobre Villa. Entre gol y gol, el Barça pudo meter un saco. Esta vez el peligro llegó por bandas, donde Pedro y Villa desequilibraban continuamente. Pero unas veces el fuera de juego, otras Toño, y otras el desacierto culé, privaron a los de Guardiola de cerrar el partido.
Eso dio alas al Racing que se vino arriba al final de la primera mitad, obligando a lucirse a Valdés, quien sacó con una mano prodigiosa un remate a bocajarro de Adrián. No era su primera intervención, ya que en el minuto 15 detuvo un chutado de Rosenberg que pudo suponer el empate.
Con el mismo ímpetu salió el Racing en la segunda mitad, en la que durante 10 minutos puso en aprietos a la defensa local, aunque sin poner a prueba a Valdés, quien no sufrió nada en toda al segunda mitad. Todo el buen juego no sirvió de nada, porque en el minuto 11, Iniesta sentenciaba el encuentro, si es que no lo estaba ya.
Fue una jugada de Villa, quien participó en los tres goles, elevada a arte por un taconazo de Pedro y culminada con un zurdazo de Iniesta desde el punto de penalti. A partir de ese momento, el partido se congelo como el gélido ambiente reinante en el estadio.
Solo las genialidades de Messi, quien en un mes donde suele estar lejos de su mejor versión es capaz de ofrecer detalles que valen un partido, y los destellos de Iniesta animaron al público, que por primera vez en 3 años y medio comenzó a dudar de Bojan, ya que cada balón que tocaba el Camp Nou comenzaba a susurrar.
Si sale de ésta Bojan será un jugador grande en el equipo. El Camp Nou ha silbado a jugadores jóvenes como Reixach o Lobo Carrasco entre muchos otros. Bojan aún es jóven y firmaríamos todos que hiciese la carrera que hicieron ellos. Pero para ello necesita ser fuerte mentalmente. Pep le ayudará pero debe poner de su parte.
No sabéis que frío hacía en el Camp Nou
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