El año pasado el Barça jugaba mejor, pero perdía los partidos ajustados, quizá por no estar habituado a ello. Este año comenzó perdiendo los marcadores apretados, pero a fuerza de acostumbrarse, se han comenzado a ganar todos.
La victoria obtenida en Ljubiana es importantísima. Se gana donde no lo ha hecho el Panathinakos y se obliga a hacerlo al Maccabi si quiere luchar de tú a tú con el Barça por la primera plaza. A falta de acierto en algunos hombres, la casta y frialdad de este equipo comienza a dar miedo.
El Barça comenzó como una apisonadora. Con la intimidación en defensa de Vázquez y Lorbek, y el acierto exterior de Anderson y Navarro pronto cogió el mando en el marcador, consiguiendo diferencias superiores a los 10 puntos. Pero todo cambio con la segunda personal de Vázquez.
El Barça no encontraba el camino del aro porque la rotación interior no funcionó, con un Morris fuera del partido y un desacertado N’Dong. A través de tiros libres, los locales acortaron la ventaja, poniéndose a cuatro al inicio del segundo cuarto, gracias a una defensa durísima y a pesar del desacierto desde la línea de 3.
Y no era por la defensa azulgrana, sino por falta de puntería ya que tiraban solos. Pero un tiempo muerto de Pascual apretó las clavijas a los suyos, que bajaron las caderas en defensa y confiaron en Navarro para romper la defensa. En un visto y ni visto, el pabellón entró en silencio, y el Barça con dos triples de la bomba puso tierra de por medio en el marcador.
No sentenció Barça el encuentro porque los tiros de 3 que no entraban tirando cómodos entraron cuando peores eran las posiciones de tiro de Olimpia y porque en ataque no se aprovecharon situaciones fáciles de tiro, sobretodo después de robo o pérdida de balón local.
A pesar de todo, el Barça se fue al descanso con 10 puntos de ventaja. En esos guarismos anduvo la ventaja culé en el inicio del tercer cuarto. Los locales jugaron ataques muy abiertos, obligando a los pívots del Barça salir, desgastándolos y mermando así su influencia en el otro lado de la canasta.
Eso provocó que el Barça entrase pronto en bonus y disminuyese la intensidad en defensa. Fue en ese momento, cuando el público local se vino arriba, reduciendo la ventaja a 2 puntos, con un Barça absolutamente inoperante en ataque, ya que dejó de correr. El partido ya estaría igualado hasta el final.
Ni dos canastas consecutivas de Lórbek y Navarro tranquilizaron al Barça, que era incapaz de romper la defensa local, que cerrando a Navarro secó la anotación visitante, poniéndose por encima en el marcador a falta de 1.30 para el final del tercer cuarto, terminándolo 2 por encima de los de Pascual, que encajaron 28 puntos en este período.
El primer objetivo de los últimos 10 minutos era mejorar las prestaciones defensivas, para intentar ganar confianza en ataque, pero no se tuvo éxito y Pascual se vio obligado a pedir tiempo muerto a 8 minutos para el final del partido, con 4 abajo, para intentar cambiar la dinámica en la que había entrado el encuentro.
Lo hizo gracias a una innovación táctica. Jugó con 4 pequeños, desconcertando a los locales en las dos canastas. Pero no bastaba con defender, se necesitaban puntos para intentar ganar. Vinieron de la mano de Grimau, quien con su tradicional casta puso al Barça de nuevo en ventaja.
Entonces apareció Navarro, quien desbordó la defensa del Olimpia e hizo pensar en un final fácil de partido, sobretodo cuando Ricky robó un balón y forzó una intencionada. A falta de 2 minutos el Barça conseguía tener 5 puntos de ventaja. Pero no los conservó y llegó al final del encuentro con el agua al cuello.
Ahí le salvo la extraordinaria defensa colectiva, que no permitió ninguna canasta en el último minuto, haciendo que los de Pascual ganasen en una pista donde nadie lo había hecho hasta la fecha, dando un golpe de efecto importante, no solo de cara al Top 16, sino de cara al futuro del grupo. Al final 67-68 para encarrilar el pase a los Play –off.
No sabéis cuanto valor tiene Grimau!!!
The Digital Garden.
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