dimarts, 4 d’octubre del 2011

Cambiar para ser el mismo




Sandro Rosell hizo una gran metáfora en la asamblea de compromisarios de hace unas semanas. Explico con un clarificador ejemplo de unos campesinos como cualquier cosa que se haga pueda ser vista mal por las mismas personas, aunque hagas cosas totalmente opuestas las unas a las otras.


 


 


Recordamos el ejemplo por lo que estamos apreciando en el entorno culé en este inicio de temporada y lo que recordamos de la última etapa de Frank como entrenador del primer equipo. Y las mismas personas que  acusaban de una cosa a Frank están criticando a Pep por hacer exactamente lo contrario.


El Barça lleva jugando con el mismo patrón futbolístico desde que llegó Johan, con algún que otro periodo nefasto donde no se ponía en práctica la ida. Pero es el equipo más reconocible del mundo. Juega igual en casa que a fuera. Ganando o perdiendo. En la ida o en la vuelta de una eliminatoria. Da igual.


Todo el mundo sabe que la defensa estará adelantada, que el equipo luchará por la posesión, que jugará más en campo contrario que en el propio y que cuando se pierda la pelota se intentará recuperar pronto. Poco o nada ha cambiado de la idea original. Otra cosa es la forma de llevarla a cabo. Eso sí que ha cambiado.


Pero lo ha hecho al mismo ritmo con el que cambiaba el fútbol y al compas que marcaba el cambio en  las características de los futbolistas , que eran diferentes en cada proyecto. Pero en cada proyecto largo que ha habido en el Barça, nunca se ha jugado igual al principio que al final.  No lo hizo ni Johan, ni Frank , ni Pep.


Con Johan el equipo comenzó jugando con una defensa claramente de 3 y con falso 9 y terminó jugando con defensa de 4 y un 9 que supiera jugar de espaldas a puerta. Frank fue quizá el que menos matices introdujo en la forma de jugar, pero paso de jugar con extremos como Ronie o Giuly, a extremos como Messi o Henry. Con Guardiola pasa al revés que con Johan, de jugar con defensa de 4 y 9 puro, a jugar con 3 atrás y un falso 9.


Por el camino miles de detalles, más propios del baloncesto. Múltiples maneras de sacar la pelota desde atrás, múltiples maneras para generar los espacios allí donde más convenga según el rival, múltiples maneras de buscar pequeñas asociaciones entre los jugadores. Todo para intentar siempre sorprender al rival.


Lo que no se puede decir es que como el Barça funcionaba no había que tocar nada. El Barça ha cambiado menos de lo que parece. Como hemos dicho al principio, siempre se sabe que es lo que va a proponer el Barça. La cuestión es que no sepan los rivales cómo. Porque existe el mismo riesgo de que el rival te minimice por maniatarte al saber tus automatismos iníciales, como que el equipo no se adapta a nuevos movimientos. Y puestos a perder, preferimos intentando mejorar y cambiar.


No sabéis que poco hemos cambiado en estos años!!!


The Digital Garden.



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