Volvió la famosa "manita" al marcador luminoso del Camp Nou, en la visita del Mallorca, un equipo que en bastantes ocasiones ha creado graves problemas (en términos futbolísticos, claro) a los blaugranas en su propia casa, pero hoy fue cómplice de una nueva exhibición goleadora de los dirigidos por Pep Guardiola.
No faltaron las dudas de inicio, eso sí. Largos se hicieron los minutos en que el equipo pareció no terminar de acomodarse, justificando las alarmas que saltaron en la mente de más de un culé al ver que a las ausencias ya conocidas, se aunaba la decisión de Guardiola de prescindir de Xavi (supuestamente aquejado de unas molestias), Iniesta y Cesc, ¡nada menos! Tres jugadores que serían indiscutibles en cualquier mediocampo, sentados en la banca... Parecía que Pep deseaba hacer una parrillada sin carne. Pues bien, a fe que los bistecs de soya le quedaron buenos al míster...
Cinco goles y una buena actuación grupal y de varias figuras en particular, para renovar la ilusión de la culerada, un poco mosqueada en las últimas semanas por los resultados obtenidos, que no invitaban a la alegría. Pero hoy, en alrededor de media hora, Lio Messi (¿quién si no?) le devolvió la sonrisa al culé machacando al Mallorca con un hat trick, para el cual tuvo que echar mano de casi todo su repertorio: Primero, convirtiendo un penal, ocasionado por una torpe mano del mallorquinista Nsue, con más fortuna esta vez que ante el Sevilla (min. 13). Y luego llegando a la cita con el gol al más puro estilo de esos centrodelanteros cazadores en el área, que como él, se encuentran un balón que nadie más alcanza a despejar o a meter al arco y lo empujan al fondo aunque sea con el pie de subirse al autobús (min. 22); o que, como él, rompen el intento de fuera de juego de la defensa rival para disparar a la red tras un centro magnífico de su lateral derecho, que Messi no dejó tocar el suelo sin antes haber visitado el interior de la cabaña de Aouate (min. 30).
Así Messi castigó con dureza el anhelo mallorquinista de hacer un buen partido en el Estadi, con un hat trick, que en un dos por tres disipó todas las sombras que se cernían sobre el rendimiento propio y del equipo. Y de no haber sido porque ya habían caído esos tres goles, el show se lo habría robado Isaac Cuenca, quien fulminó al conjunto rojillo con su gol al minuto 49, en el que se internó en el área como una centella, recibió un gran pase en profundidad de Thiago (otro de gran actuación hoy), y sin ponerse nervioso enfrentó a Aouate, lo dejó tirado y lo batió con un gran toque de zurda, demostrando toda la clase que ha empezado a entusiasmar a la culerada.
Con el marcador asegurado, el Barça bajó un poco las revoluciones y los minutos transcurrieron plácidos, con un Mallorca dedicado a evitar una vergüenza mayor. Hubo chance de darle minutos a tres canteranos más: Piqué, Puyol y Deulofeu; a quien en su debut absoluto con el equipo pareció que le pudo el gigantesco Camp Nou y dejó lo mejor de su fútbol reservado para otra ocasión. No dudamos que con trabajo y paciencia dentro de no mucho tiempo parecerá tan adaptado al equipo como Thiago y ahora Cuenca, dos que parecen llevar años de carrera profesional, aunque son sólo unos chavales.
Ah... Pero como no hay quinto malo, Alves redondeó la goleada, y su buen trabajo del día, con un bombazo que se coló en el ángulo, donde no pudo llegar Aouate, ya en tiempo de reposición. No quedaba tiempo para más, pues el árbitro enseguida silbó el final y Messi corrió a llevarse el balón, para agrandar una colección que con los años podrá llenar un par de museos... Ya podría llenar uno.
No faltará quien diga que este no es un partido que alcance a medir la condición actual de nuestro equipo. No importa. Era el partido que tocaba hoy, y se sacó con sobrada solvencia. Ya se vislumbran en el horizonte retos más fuertes, y lo único seguro es que nuestros jugadores no faltarán a esas citas. Les puede ir mejor o peor, pero nunca dejan plantado al fútbol.
¡No sabéis como nos ilusiona el Barça!
The Digital Garden.
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