Inmejorable jornada para el F.C.Barcelona. Una victoria cómoda, aunque sin brillantez, fuera de casa, clasificación asegurada a octavos que con el empate del A.C.Milan facilita las cosas para ser primero de grupo. Como guinda a todo esto, el gol 200, y el 201 y 202 de Leo, así como el record de imbatibilidad de Víctor Valdés.
El fútbol es un deporte colectivo, priman antes los intereses del grupo que de los individuos, pero no hay nada más merecido que este hito. Todo reconocimiento hacía Valdés se queda corto. Aún cuestionado por parte del barcelonismo, el día en que ya tiene el record de minutos consecutivos sin encajar un gol como portero culé, volvió a ser decisivo en un resultado del Barça.
Y es que a pesar de lo abultado del marcador, en los primeros 15 minutos el Viktoria Pilzen llegó las mismas veces al área rival que el Barça y fue quien tuvo la ocasión más clara. Pero ahí estaba Valdés, para detener un mano a mano a Petzeral, que se había metido por el medio de la defensa y tras una carrera de casi 50 metros se plantó solo ante a Víctor.
A partir de ahí todo fue diferente. Dos minutos después Cesc casi marca de un potente chute desde lejos. Poco más tarde, el partido quedaba visto para sentencia. Una gran jugada de Leo dentro del área terminó en penalti y expulsión(Cisovski). Lo marcó el propio Leo y ya el partido tuvo poquita historia.
Piqué y Puyol que salieron de la partida, fueron creciendo en el rendimiento a medida que pasaban los minutos. Lo mismo que un atrevidísimo Cuenca, de nuevo en el 11 titular. El extremo encaraba siempre y conseguía irse la mayoría de veces de su par, dando una sensación de peligro constante y abriendo el campo muchísimo, facilitando el juego por el medio de Thiago y Cesc.
La pareja de interiores que puso Guardiola no tuvo problemas en ataque, pero si en defensa. El equipo checo llegó con bastante regularidad a la frontal ya que las distancias entre líneas eran grandes, permitiendo a los locales tocar con cierta facilidad, aunque no puso ya más en peligro a Valdés.
Al final de la primera mitad y tras un rondo gigante, una combinación entre Leo y Adriano dentro del área, la culminó el argentino, que con un disparo seco con la izquierda sentenció el encuentro, ya que en la segunda mitad poco más pasó. Sin embargo algo ensució la noche.
Alves vio la tercera amarilla en cuatro encuentro de la fase de grupos y se perderá el partido en San Siro. Allí se jugará el Barça el primer puesto de grupo. Ahora le sirve el empate. Pero nada cambia para el Barça, pero sí para el Milan. El Barça saldría igual valiéndole el empate o no. En cambio el Milan saldrá mucho más atrevido y valiente, o no, que ya sabemos que el Barça empuja a los rivales siempre a defenderse.
A parte de la amarilla de Alves, Cesc marcó el tercero de la noche, rematando de cabeza un precioso centro de Cuenca, tan productivo en el regate como en los centros, reuniendo todas las virtudes buscadas en un extremo. También Thiago continuó en su proceso de maduración, sin ruido pero con un ritmo que asusta, y Alexis volvió a jugar unos minutos.
No podía faltar tampoco el golito de Messi, el que era el tercero. Un nuevo Hat Trick. Algo que deja en ridículos los debates de hace una semana. Sigue sin estar bien, sin chispa ni velocidad, pero es tan sublime, que se inventa cosas que nadie más hace, aunque está vez lo bonito no fue obra suya, sino de Piqué que se inventó un taconazo que dejó solo a su compañero.
Una noche perfecta, que deja al Barça con la posibilidad de dejar en inútil el último partido de la liguilla, ganando tiempo para el mundialito y para poder dar descanso a algunos jugadores. Pero de momento hay que disfrutar con la aparición de Cuenca, la vuelta de Alexis, el crecimiento silencioso e imparable de Thiago, y como no, de las paradas de Valdés que hace al Barça la vida mucho más fácil.
No sabéis que bueno es Valdés!!!
The Digital Garden.
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