Guardiola parece empeñado en ir desmontado teorías que se construyen entre partido y partido. Hasta El Molinón el Barça no había jugado con el 1-3-4-3 sin Cesc. En el primer encuentro de baja del de Arenys, el Barça lo puso en práctica para
Lo hizo con una vuelta de tuerca más. Está vez se vio a Pedro haciendo de Cesc, intercambiando posiciones con Messi, que partía un poco más retrasado que de costumbre. Las bandas las bandas en ataque las ocupaban Villa y Adriano, aunque al asturiano le apoyaba constantemente Thiago, muy abierto durante buena parte de la primera mitad.
Con esa disposición en el campo, el Barça monopolizó el balón más que de costumbre. Siempre alrededor del 80%, aunque no lo materializase en muchas ocasiones de gol. En parte por la excelente defensa local que tiraba la línea de fuera de juego perfectamente desactivando el peligro de muchas de las jugadas del Barça.
Pero también era por un exceso de barroquismo culé, que sintiéndose muy a gusto sobre el terreno de juego, querían entrar tocando hasta dentro del área. Curiosamente, el gol llegó cuando Xavi decidió chutar desde 25 metros. El balón fue al palo y el rechace lo aprovechó Adriano, para en una posición difícil para chutar adelantar al Barça.
Era el minuto 10. Todo hacía indicar que el Barça se pasearía, pero como hemos dicho, el dominio aplastante de la pelota no se traducía en ocasiones. Eso motivo poco a poco al Sporting a adelantar las líneas y crear algo de peligro a Valdés, pero el único chute llegó en el minuto 45 de la primera mitad.
Cambio totalmente el escenario en la segunda mitad. El Barça comenzó a fallar los primeros pases de las jugadas, molestado por la presión del Sporting. Esto hizo que el juego se desarrollase más en el campo del Barça que en el del Sporting, ya que los de Guardiola no lograban hacer posesiones largas y organizarse a través de la pelota.
Para intentar cambiar la dinámica de los primeros 10 minutos de la segunda mitad, el míster culé hizo dos cambios. Uno obligado y otro táctico. El obligado Maxwell por Abidal, con molestias en el isquio. Esotro fue Piqué por Pedro. El equipo volvió a la defensa de 4, con Adriano siguiendo en la posición inicial de extremo derecha.
No fue instantáneo, pero si que con el tiempo los cambios de Guardiola consiguieron que su equipo volviese a tener la pelota. Pero está vez a la falta de ocasiones se le unió la falta de ritmo. Eso sí, defendía arriba y a penas sufría en defensa, aunque seguramente porque al Sporting las fuerzas se les habían acabado.
Los minutos pasaban y poco sucedía en el terreno de juego. Si acaso la brusquedad fue creciendo y haciéndose más físico el partido. Por eso tal vez entró Keita por Adriano. Así, Thiago pasaba a jugar más adelantado y Guardiola ganaba músculo y juego áereo para defender el último arreón local.
Pero este no llegó. El partido murió cerca de la portería del Sporting, con la afición local aplaudiendo a su equipo por la imagen ofrecida y el Barça boqueando, sin fuerzas y disfrutando de los tres puntos logrados en un campo y ante un equipo que pese las buenas relaciones que mantienen siempre le pone las cosas muy difíciles.
Hoy más si cabe. Por las bajas con las que llega el Barça y por el partido humano de Leo. Sí, después de mucho tiempo, en el que se intuía que no estaba bien físicamente pero que se salía, hoy fue humano. Y eso es noticia, ya que no pasa todos los días. Y aún así ha dejado 3 detalles para el recuerdo, suficientes para no restar y ayudar al equipo a ganar por primera vez en Liga fuera.
No sabéis cuánto nos ha costado!!!
The Digital Garden.
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