divendres, 23 de desembre del 2011

Callado está mejor




Sandro Rosell explicó en la rueda de prensa de balance del año que él se fija en los  hechos y no en las palabras. Por suerte, a nosotros nos pasa lo mismo. De lo contrario, sería imposible contener a una persona que habla tan y tan mal como Rosell, provocando que cometa errores impropios de una persona que dirige una institución como el Barça.


 


 


Porque creemos que es un error y no una mentira, el que diga que durante su mandato se han dado 8 bajas y 8 altas en la primera plantilla, siendo fruto del olvido el atribuirse el fichaje de Villa y las bajas de Henry y de Touré. También creemos que los nervios le traicionan cuando dice que ha renovado dos veces a Guardiola, ya que solo así puede considerarse como suya la firma del contrato de Guardiola en el año 2010.


Pero más allá de estos pequeños errores sin importancia y sin mala intención, queremos hacerle caso al Presidente. Dijo que en las relaciones con el Real Madrid se basa en hechos, y estos desde verano han ido haciendo que la relación entre ambas instituciones sea mucho mejor; algo de lo que nos alegramos, faltaría más. Veamos los motivos de la mejora.


El 19 de junio del 2011, Rosell estaba muy enfadado con el Real Madrid, dijo que durante la temporada 2010-11, se habían sobrepasado los límites de la competitividad y que por caridad daba una segunda oportunidad al Real Madrid, pero que no dejaría pasar la más mínima ofensa al club. Si eso pasase, expresó que rompería relaciones de forma inmediata.


En agosto, durante la disputa de la vuelta de la Supercopa de España, Mou metió el dedo en el ojo a Tito Vilanova y luego lo despreció públicamente en rueda de prensa. Inmediatamente después, el Real Madrid emitió un comunicado en el que acusaba al Barça de provocar durante el partido justificando la reacción de Mou, de la que tan sólo la condenaron levemente.


En el primer partido que se disputó en Chamartín, se colgó una pancarta en el interior del estadio que decía: ”Mou, tu dedo nos señala el camino”. Un mes después, Florentino Pérez ante los socios compromisarios de su club respaldó a Mou, del que sólo dijo que lo que hizo estaba mal, pero que había habido provocación por el medio. A todo esto, Mou pidió perdón sólo a los madridistas.


Un día antes de la disputa del clásico en el Bernabéu, la pancarta alusiva al dedo de Mou todavía no había sido retirada. El día del partido, almuerzan las dos directivas y Florentino Pérez ordena retirar la pancarta de su estadio, tres meses y medio después de ser colocada y sin que nadie dijese nada al respecto.


Estos son hechos y no palabras. A nosotros nos puede parece bien el no estar enfrentados al Real Madrid como institución. Nos parece menos bien que se tome por tonto al barcelonista. Porque cuando alguien dice algo tan alejado a la realidad hasta en tres ocasiones, no puede ser casualidad. ¿O mejor pensamos que simplemente es nefasto hablando en público?


¡¡¡No sabéis qué guapo está Rosell callado!!!


The Digital Garden.



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