dilluns, 16 de gener del 2012

La defensa de 3 obliga a la excelencia





 


El Barça está viviendo desde setiembre situaciones en el terreno de juego que no ha  vivido en los últimas tres temporadas. No, no hablamos de las decisiones arbitrales. Hablamos de las ocasiones de gol concedidas ante Valdés y el menor control de los partidos que hace que el culé que se sienta a ver los partidos piensa que su equipo es más débil.


Estas sensaciones se dan mucho más fuera que en casa. Curiosamente, la salida más difícil hasta la fecha fue la que con más solvencia se resolvió. Fue en Chamartín, donde el Barça concedió ocasiones de gol pero es que no sufrirlas frente al Real Madrid es algo prácticamente imposible.


La única novedad, Cesc y Alexis a parte, respecto a las temporadas anteriores es el sistema. La defensa de 3, la concentración de centrocampistas y la desaparición casi completa del 9 son las modificaciones tácticas introducidas por Guardiola. El objetivo es y era claro, hacer que los rivales les sea más difícil jugar al Barça y que sus jugadores tengan más recursos para superar las dificultades que les proponen los contrarios.


La defensa de 3 es perfectamente válida en el fútbol de hoy. Baste decir y mirar los números que presenta el Barça y que con esa forma de jugar ya lleve 3 títulos a cuestas y algunas exhibiciones futbolísticas. Pero el simple hecho de jugar con 3 defensas lleva en esencia algunos matices que dificultan su perfecta ejecución. Y como la perfección no siempre es posible, es cuando aparecen los problemas.


Jugar con defensa de 3 significa que los errores se castigan mucho más. No es lo mismo tener a 2 o 3 defensas detrás del balón que a 3 o 4. Un hombre más puede significar que Valdés tenga que intervenir o la jugada se quede en nada. Y hasta la fecha, nadie, ni Xavi, está dotado con la barita  mágica de no perder ningún balón en 90 minutos de todos los partidos.


Guardiola es el primero que es consciente de ello. Siempre que puede explica que para jugar con defensa de 3 se necesita un control absoluto del partido y de la pelota. Si el Barça siempre se ordena a través de la posesión, cuando se juega con defensa de 3 todavía debe ser más acentuado, evitando en lo máximo posible los partidos de ida y vuelta.


Muchas veces pensamos que este año el Barça está más relajado o menos tensionado que en cursos anteriores. Sinceramente pensamos que no, aunque la reiteración de casos como el partido de Getafe, Español o Betis, en los que el Barça encierra al rival cuando pierde o empate nos hace comenzar a dudar de ello.


Pero no creemos que sea cuestión mental el bajón de resultados. Creemos que el paso de jugar con 4 defensas a hacerlo con tan solo 3 es mucho más grande lo que parece y supone un periodo de transición lógico para poder perfeccionarlo tanto como se hacía con la defensa de 4.


Cuando se pierde la pelota y no se recupera en la primera presión, los defensas muchas veces tienen más espacios a cubrir por la falta de un hombre. El equipo tiende a ser más largo que de costumbre y así poco a poco cuesta más recuperar la pelota y cuando se hace es en una zona del campo más retrasada, lo que lleva consigo más tiempo para atacar.


Por eso hay diferencia en jugar en casa o fuera. En casa, con mucho más espacios para atacar, hay menos errores en el pase y menos posibilidades de ataque del rival. Por eso, hasta la fecha, el mejor partido ha sido en Chamartín. Ahí, la concentración y tensión es mayor que en otros escenarios, como era exactamente igual los años anteriores.


Es de suponer que con el paso del tiempo el Barça jugará cada vez mejor con defensa de 3. Es posible que, quizá, haya perdido una Liga en el camino, pero seguramente habrá ganado para el futuro una capacidad casi camaleónica de interpretar con el mismo grado de perfección dos sistemas diferentes de juego que le puedan convertir de cara al futuro en aún más temible de lo que ya ha sido.


No sabéis que difícil es  jugar con 3 defensas!!!


The Digital Garden.


 


 


 



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