Siempre se defiende que no hay que mirar lo que sucede en casa del adversario; que para tener éxito sólo hay que pensar en uno mismo. Siendo cierta esa afirmación, no es menos cierto que el Barça, si no cede puntos en los próximos cinco encuentros y termina por eliminar al Madrid en la Copa, puede ayudar a que el árbol blanco que ahora se mueve termine por caer.
Y es que viendo las previas de uno y otro equipo, se puede llegar a dudar quién va por delante y quién va por detrás. No seremos hipócritas; ya nos gustaría ser aquel que nos saca cinco puntos de ventaja en la Liga, pero estaríamos preocupados porque no se hable de fútbol y sí de otras cosas que nada tienen que ver con la pelota.
Por suerte, a Guardiola sólo se le ve cómodo hablando de juego. De hecho, todo lo explica en base a eso. Ni goles, ni resultados. Es a través del juego que se obtienen los resultados. Por eso, el Barça debe ser consciente de que para ganar las próximas salidas deberá subir un punto lo ofrecido hasta ahora en la Liga.
Con lo hecho hasta ahora no será suficiente. Para ganar al Málaga, el Barça deberá tener el control de la pelota, ante un equipo que también la quiere y que si se le deja jugar te puede hacer mucho daño, ya que jugadores como Cazorla e Isco te pueden hacer daño en cualquier momento, por su facilidad para encontrar el espacio libre y leer los desmarques de los puntas.
Contará Guardiola con Pedro, que tras estar unos diez días de baja, vuelve a la convocatoria del primer equipo. Su reincorporación llega justo a tiempo, ya que Alexis y Messi deberán descansar en algún momento si no quieren llegar fundidos al final de temporada; puesto que, en el caso que se pase ronda en la Copa, espera otro duelo durísimo contra el Valencia, que exigirá lo máximo al equipo.
Un equipo que se está acostumbrando a jugar y a ganar sin contar con la mejor versión de Leo Messi. El argentino ha acusado, como es normal, las dos semanas de parón de Navidad. Seguramente siempre se le ha notado, pero nunca hasta la fecha ha habido un mes de enero con tantísima exigencia como ahora.
Tres de los próximos cinco partidos son a domicilio, mientras el Madrid juega cuatro en casa. Salir de este tramo liguero como mínimo a la misma distancia y clasificados para la final de Copa, puede significar un gran puñetazo encima de la mesa que imponga más miedo todavía a los rivales, de aquí y de Europa.
Pero de suceder lo contrario, puede ser que los equipos comiencen a pensar que somos vulnerables y complicarnos más todavía el camino que queda por recorrer. Por eso, estas semanas previas a la Champions seguramente determinen el devenir de la temporada.
¡¡¡No sabéis lo que nos jugamos!!!
The Digital Garden.
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