No fue la mejor noche del equipo desde luego. Pero no ayudó nada el 11 que dispuso Guardiola, en el que tan solo Leo era el único atacante puro. Cuando puso más artillería, ya era demasiado tarde para mantenerse a cinco puntos del Madrid. El 0 a 0 final es algo más que un empate.
Cuando en tan solo 45 minutos cambias hasta en cuatro ocasiones la disposición de tus jugadores sobre el terreno de juego es que algo no va bien. Salió Guardiola con defensa de tres, ejerciendo Piqué de central y Abidal y Puyol de laterales. Después Puyol y Piqué se intercambiaron los papeles, para más tarde volver al origen, no siendo el último cambio, ya que terminó el Barça la primera mitad con defensa de 4, con Mascherano de central junto a Piqué.
La razón a tanto cambio estaba en que el Villarreal encontró un agujero en la banda izquierda de su ataque, donde Cani y Marcos Ruben caían, consiguiendo posiciones de centro buenas ya que el centro del campo culé estaba muy lejos de sus defensas para echar una mano Un espléndido Abidal evitó que fuese a mayores.
Leo Messi era el único delantero puro del equipo, ya que los extremos eran ocupados por Adriano y Alves, el jugador más incisivo del equipo en la primera mitad. Pero las ocasiones de gol del Barça eran siempre por un robo en la salida de balón local. Especialmente clara fue una ocasión clara de gol de Leo, que tras un pase sensacional de Alves, quedó solo ante Diego, marchándose fuera una bonita vaselina.
A pesar de las horribles sensaciones que estaba dejando el Barça, Valdés intervino en una única ocasión de gol, tras un chute de Senna que le obligó a sacar una mano espléndida. Pero las llegadas al área eran continuas de los amarillos, que se asociaban bien alrededor de Valero y Cani, encontrando espacios.
Contra lo que es habitual, las distancias entre las líneas culés eran enormes, dificultando tanto la recuperación como las posesiones largas de balón. Algo que si se tuvo en la segunda mitad, alejando al Villarreal del área de Valdés, aunque sin encontrar espacios en ataque.
El único hombre capaz de ganar los duelos individuales era Adriano por la banda izquierda, aunque no se transformarse en chutes a puerta, ya que cuando se llegaba a la zona de peligro, nadie era capaz de desbordar para chutar o de acertar a dar el último pase.
Guardiola decidió sacar a Piqué del campo, dando entrada a Alexis, que fue llamado a última hora por la baja de Pedro en el entreno matutino. El chileno jugó de 9, tirando a Leo hacia la banda derecha, con la idea de generar espacios para la llegada desde el lateral de Alves.
No tuvo gran éxito el cambio. Todo continuo igual que hasta ese momento. Es decir, con el Barça monopolizando el balón, encerrando cada vez más al Villarreal pero sin exigir ninguna parada a Diego López. Tanto poco peligro creaba el Barça, que a falta de 15 minutos hecho mano de Tello, quien junto a Thiago, tenían la obligación de revolucionar al equipo.
Y lo hicieron, sobretodo Tello, quien en la primera intervención se fue de su par y llego a la línea de fondo. La jugada terminó con el balón al palo, pero el equipo vio por primera vez que era capaz de marcar y que el gol estaba cerca, subiendo la intensidad al máximo.
El Villarreal entonces intentó interrumpir el juego para que se jugase lo mínimo posible. Pero el arreón del Barça era incontenible, cada jugada era ocasión. El problema es que hubo muy pocas jugadas. La más clara acabo en un mano a mano de Leo con el portero que despejó bien Diego y que Cesc no supo meter el rechace cuando era lo más fácil.
No hubo tiempo para más y el Barça se fue del Madrigal sin los 3 puntos, con unas piernas muy pesadas por el derroche físico realizado y con la sensación de que a pesar de que quedan por jugarse 54 puntos, será muy difícil hacer creer a todo el mundo que todavía queda Liga.
No sabéis que palo más grande!!!
The Digital Garden.
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