Las circunstancias, muy desagradables e irreversibles, han hecho que el esperado discurso de Guardiola no se produjese. Y es que el panorama que se está creando no es ni mucho menos el más propicio para que el equipo desarrolle todo lo que lleva dentro y que pueda trabajar para conseguirlo.
Se puede pensar que todo lo que se está diciendo desde Madrid es la mejor gasolina. Pero no, pues quizá por primera vez ya no se esté atacando a la institución, ni siquiera a los futbolistas, ahora ya se va hacía las personas. Debates sobre la inteligencia de Alves, sobre la hombría de Xavi, sobre la valentía de Busquets, etc.
Si le sumamos las múltiples bajas que tiene Guardiola, que no podrá contar con Alexis ni Iniesta como mínimo dos semanas, dejando al primer equipo con solo 14 fichas, hace que hasta el terrible calendario que tendrá el Barça en las próximas tres semanas sea durísimo y clave para intentar ganar algo a final de temporada.
Después de la Ida de Champions, el Barça tendrá dos semanas con un único partido, At. Madrid y Sporting, en las que podrá recargar pilas, administrar mejor los esfuerzos y coger carrerilla para el sprint final. Pero de no ganar todo lo que falta hasta ese momento, igual será inútil correr mucho.
Por eso es imprescindible ganar en El Madrigal. Con un rival que tiene juega un tramo de calendario muy asequible, cualquier tropiezo liguero significará perder la Liga, regalándole al Madrid tiempo para poder preparar mejor el asalto al que dicen es su gran sueño y deseo, aquello que llaman Décima.
Con Sergi Roberto, Dos Santos, Cuenca y Tello en la convocatoria de Guardiola, el Barça debe recuperar sensaciones y ser conscientes que no vale dormirse por muy abultado que sea el marcador. Ahora parece una tontería, pero en Málaga con 1 a 4, el equipo concedió 2 ocasiones de gol clarísimas que de entrar nos hubiese puesto el miedo en el cuerpo. Algo que si sucedió en Copa, y demasiadas veces en Liga.
A pesar de lo corta que es la plantilla, las posibilidades de Guardiola son muchas. Pedro y Cuenca pueden entrar en el ataque. O poner a Cesc de 9, donde mejor está jugando, y dejar a Thiago el mando del centro del campo junto con Xavi. Incluso en defensa, puede dar un tiempo de reflexión a Piqué, a quien le falta coger el punto de regularidad necesario para ser el baluarte de la defensa que ha sido durante 3 años.
El año pasado en el Madrid se dejó la Liga vista para sentencia. Este año el miedo es que vuelva a suceder pero en sentido contrario. Pese a la situación del Villarreal, sigue siendo un equipo con enorme talento en la medular, capaz de complicarte en cualquier momento si tienen el día inspirado. Para evitarlo, nada como revertir todo lo vivido estos días en energía positiva, aunque es algo mucho más difícil de lo que parece.
No sabéis lo cerca que los tenemos!!!
The Digital Garden.
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