Parece mentira pero ya estamos en el ecuador de la maratón de clásicos. Mañana se juega el segundo pero esta vez a cara de perro. El que gane, se lleva la primera competición seria de esta temporada.
Hacía 21 años que Barça y Real Madrid no se disputaban un título en un solo partido. Precisamente fue en Mestalla donde se disputó aquella final. Partido en el que se recuerda que el Barça se proclamó campeón pero que en realidad, tiene mucho más valor que una copa.
Por aquel entonces en Barça era un equipo en pleno proceso de construcción. Era el año 90 y Johan Cruyff cumplía su segunda temporada al mando del primer equipo y su continuidad como entrenador estaba más que en entredicho.
Con la Quinta del Buitre como referencia en España, el Barça se aferró a aquella Copa del Rey como un bote salvavidas en pleno naufrago.
Los blaugranas ganaron 2-0 y no solo se llevaron la Copa a Barcelona, sino que con la consecuente continuidad de Cruyff, el Barça empezó a construir un proyecto, una idea y una filosofía, que hoy, 21 años más tarde sigue más viva que nunca.
Las cosas han cambiado bastante desde entonces pero en unos menos que en otros.
El Barça que ganó aquella Copa, era la versión más embrionaria del que ahora conocemos. Afortunadamente, la filosofía cuajó y se acompañó con títulos en las vitrinas. Nacía el ADN Barça.
Por el lado blanco, la historia podríamos decir que ha sido totalmente a la inversa. Aquel Madrid de Butragueño era lo más similar al Barça actual. Aquel Madrid tenía una idea, un proyecto basado en una serie de jugadores y no colgado a expensas de un entrenador o un presidente.
Desde entonces, el club blanco no ha vuelto a tener una idea de club similar. Han ido dando tumbos, ganando títulos, eso sí, pero a costa de dar volantazos con total improvisación. Se echó a Toshack cuando iba líder, se venera a un presidente que echó a Del Bosque y acabó su mandato a Lopez Caro y que finalmente deja el club a merced de Mourinho.
Mañana pero, la historia no meterá goles ni los evitará.
Estamos delante del clásico del que quizás más se ha especulado sobre como jugarán unos y otros. Más que como juegue el Barça, de cómo jugará su rival mañana.
Nos cuesta creer que Mourinho mañana salga a especular tanto como si lo hizo el sábado pasado. Y más teniendo en cuenta que es un partido a vida o muerte, al todo o nada.
Al Barça le debe dar igual. No hay duda de que los de Guardiola saldrán mañana como llevan haciéndolo estas últimas dos temporadas y media. Es la seguridad de tener un proyecto sólido y creíble.
Ojalá de aquí 20 años más tarde todavía podamos seguir hablando de esta filosofía que por encima de jugadores y entrenadores, es realmente parte del escudo.
Mañana en Mestalla, se tiene la oportunidad de seguir el legado del año 90. Pero esta vez, hiriendo de gravedad al psuedo proyecto a golpe de talonario llevado a cabo por Florentino Pérez. De ganar mañana, la última bala que tenía el Madrid para tratar de mover el trono del que mal les pese, el Barça sigue estando sentado.
¡ No sabéis las ganas que tenemos de campeonar ¡
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